Conociendonos

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Los dos nos quedamos viéndonos por un momento, yo me sentía incómoda y observada, algo que sin duda no me agradaba mucho, sobre todo porque me sentía como un chihuahua contra un labrador. Sentía como su mirada me recorría así que fui por mi suéter y mis zapatos de jazz.

—¿Y bien quién comienza?— dije como si no me importará que el me conociera.

—¿Como murió tu familia? — su voz sonó grave y retumbó en toda la habitación.

—No hablare de eso, así que o preguntas algo más o pregunto yo.

—¿Por qué no vistes así en la escuela?

—Porque no me gusta esta ropa pero tengo que usarla. En general mi tía me obliga a vestir de manera más femenina, algo que no es de mi interés... pero quede con ella en usar la ropa que a ella le gusta porque le prometí que seguiría sus peticiones durante un mes. ¿Te desagradan todos en el salón?

—En realidad no, casi todos, pero hay quienes me agradan...—su voz fue bajando de volumen—¿Por qué nunca te veo con gente si eres tan amable?

—No... no soy tan sociable y me incomoda hablar por mucho tiempo con otros, este yo no... no me gusta sentirme observada.

—Pero...¿entonces qué pasa cuando bailas?

—Es distinto, por lo general no me muestro, y esa gente no piensa en mí como un yo... es como un objeto, es un "Que linda bailarina" no un "Ella se llama, su historia es esta y por eso interpreta como lo hace" la gente no suele pensar en las dificultades de las otras personas, porque no quieren siquiera lidera con los suyos. ¿Por qué bailas?

Su rostro estaba tranquilo, pensativo—Porque cuando lo hago olvido y solo pienso en el momento, ¿Qué bailas?

—De todo un poco mi madre siempre me puso a bailar distintos ritmos para que fuera una bailarina completa, mi hermana era mil veces mejor que yo, ella era hermosa y aunque me esforzaba mucho nunca fui ni la mitad de lo que era ella, mucho menos de lo que era mi madre... mi papá decía que cuando la conoció fue en un recital, era tan hermosa que todo desapareció excepto ella, que había una luz cuando ella bailaba... nunca lo he logrado, ni lo haré, nunca me acercaré a como ella era—Nos quedamos sentados y callados mucho tiempo—Bien me tengo que ir... hasta luego—Me tomo la mano poco antes de irme y la retire rápidamente—No me toques—dije por reflejo, sus ojos se oscurecieron un poco—lo siento es que... le tengo miedo al contacto de piel con piel de los hombres a mi.

—¿En serio?—Su voz sonó más ronca de lo normal, asentí ligeramente—Pruébalo— Se fue acercando poco poco a mi y fui retrocediendo hasta chocar contra una pared—vamos no es tan difícil de comprobar, estabas tocando a Esteban...

—E-el tra-tra-traía guantes...—levantó su mano a mi rostro, mis manos estaban sudando, tocó mi cabello...estaba temblando, sus dedos se acercaron a mi rostro...

—Nena guapa ¿dónde estás?

—¡Primo!—Victor se separó de mi y suspire.

Yo no estaba lista para bailar con el. Vi a mi primo y fui con el ruso-padre, estaba en su oficina—¡No voy a bailar con su hijo, no puedo! Y no lo haré.

—Pero quedaste en hacerlo y lo harás—Diablos, él dijo palabras que no debió y gracias a mi tía ahora lo tendría que hacer.

—Pues no pienso en sincronizarnos o abrirnos para el otro, no me dijo casi nada de él.

Mi vida desastrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora