Mi vida desastrosa

Salida

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Lo siento, no se qué pasa que no me deja mover el capituló, iba acá 🙏
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Había un conjunto de lencería bastante ruborizante a decir verdad, era negro, lleno de encaje, corsé, ligero, medias y unas pantaletas de encaje también, unos tacones negros, no tan altos y un vestido negro a la rodilla bastante sencillo con escote de corazón y pegado al cuerpo, unas aracadas. Cuando salí me lo encontré con un traje, me dio un pequeño estuche de lentes de contacto.
—A pesar que amo tus hermosos ojos es necesario que los uses, son color miel, espero y te queden bien, aunque te diré un secreto todo te queda bien—Me las puse rápidamente—ahora necesito que te maquilles, labios rojos, delineado de gato y que modifiques tu rostro para verse más alargado, pero primero té pondré este spray para pintarte el cabello de negro, aquí el secreto es llamar la atención pero no tanto, y tu mi pequeña tendrás todo lo que has querido.

Mi corazón bombeaba fuertemente, amenazaba con salir, aplique sombras en mi rostro, me peino de una coleta y agrego unas extensiones, me puso el cabello muy oscuro y mi rostro se veía mas definido, mis labios se veían y resaltaban, todo daba a alguien diferente, como una femfatale. Esa no era yo, me veía distinta, mis pechos parecían querer salir del vestido, mi cuerpo se veía muy similar a las imágenes pin-up.

- Hoy vamos a salir y tu no vas a decir nada, me escuchaste... nada- su mirada se veía muy amenazadora- Si llegas a hablar aunque sea para pedirme algo a mi, te las vas a ver muy caro conmigo, ¿entendiste?

-Si, señor- dije lo suficientemente alto para que me escuchara sin alzar mucho la voz.

-Muy bien, si necesitas algo vas a tener que llamar mi atención tocándome el brazo o el hombro, o la pierna si es que estamos sentados, te acercaras a mi y me susurraras, vas a comer y beber  todo lo que yo te de, nada mas, si quieres ir al baño tendrás que besarme, si estoy hablando con alguien en la mejilla, si no, en los labios, no podrás hablar con nadie, en ningún lugar, si me entero, lo sospecho o veo que haces algo similar a...  Tendré que castigarte a ti y a lo que queda de tu linda familia, quizá inicie por ese primo tuyo. todos puedes sufrir un pequeño accidente de auto... Pero no lo harás verdad mi amor...- Nada era una pregunta, mas bien una amenaza, me empece a sentir mal, sentí el sudor frió caer por mi espalda, mis manos frías, todo en mi decía en ese momento PELIGRO.

-No lo haré señor, lo prometo.

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Entramos a un gran salón, realmente hermoso, me recordaba al castillo de Chapultepec, era, hecho para la realeza, todos se veían misteriosos, cubiertos con seda y encaje algunos con terciopelo, no todos eran atractivos pero todos estaban muy bien vestidos.

Un señor algo bajito y regordete con canas en el cabello se acerco a nosotros...

-Bienvenidos, espero que disfruten su velada aquí y que sus bolsillos estén listos para donar al igual que sus corazones...

-Si, claro que si, estamos preparados, ¿verdad amor?- asentí ligeramente, el saco una deslumbrante sonrisa, y sus ojos se iluminaban con... ¿alegría?- Discúlpela hace poco se enfermo y todavía le duele la garganta.

-Oh por supuesto, querida, te ha de doler bastante para no poder hablar todavía...- todo lo que decía sonaba a que no creía absolutamente ni una palabra.

-Ella es una artista, y por eso es extremadamente cuidadosa con su garganta y manos, yo le he dicho que exagera pero no me hace caso, de todas maneras canta como los mismos ángeles, solo habla muy bajito y en situaciones  muy raras... en fin, ¿donde podemos dejar los abrigos?, que uno teniendo a esta bella dama, quiere presumirle por todo el lugar.

-Yo los puedo tomar, únicamente pasen por ellos en la salida.

-Si claro...- el señor se puso detrás de mi tomando la capa que traía puesta, realmente no me la quería quitar, me sentía desnuda debajo de eso, lo mire con pánico y el solo me dio un pequeño movimiento de cabeza, tenia que dejar esa capa en manos del señor... Se tomo su tiempo para quitarme la capa, rozándome los brazos mas de lo necesario-Es una belleza, ¿no es cierto?

-Caro que lo es... y bien ¿cuál es el nombre de esta señorita?

-Violeta..., con su permiso, tenemos que buscar nuestra mesa.

Caminamos lentamente, el me tenia abrazada por la cintura, no se si nos veían o no pero yo sentía que todos estaban fijos de nuestros movimientos.

Llegamos a una mesa y nos sentamos en donde el podía ver todo, los asientos eran cómodos, y el mantel llegaba al piso, los cubiertos eran pesados y plateados, los platos eran...

-Tienes que hacer lo que te diga cuando lo diga, todos sabrán que eres mía de todas las maneras- asentí- ahora ve y tráeme fruta, chocolate, una bebida y quiero que pidas champan para los 2, mi bebida que sea whisky... uno en cada uno... para pedir las bebidas puedes susurrar, grave la voz y muy sensual.

Me levante y fui por lo encargado, muchos hombres me miraban al igual que algunas mujeres.