La conversación

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Víctor me había dejado en la puerta, fue muy lindo y amable conmigo, nos divertimos mucho a pesar de tener poco tiempo, pero me sentía mal, quería tener un cambio, me aterraba el hecho del acosador y las pesadillas, me encantaba el estar controlando mi miedo y el poder bailar... había muchos cambios y movimientos en mi vida pero era algo bueno, al menos eso quería creer.

—Buenas noches—la voz de mi primo sonó detrás de mi poco antes de abrir la puerta de mi cuarto—Hace mucho que no te veo, la ultima vez te Subías en un auto con un señor desconocido.

—Este... hay mucho de lo que hablar pero... yo estoy cansada así que...adiós—Dije entrando rápidamente a mi cuarto, había quedado viendo a la puerta, esperaba escuchar unos pasos para saber que mi primo se había ido pero unos brazos me rodearon, mi corazón latió fuertemente, tal vez era el maldito que me hizo usar la ropa hoy—Suéltame desgraciado, o si no...

—¿O si no qué?— la voz de Sergio retumbó en mis oídos—Listo puedes entrar—dijo cuando me ato a mi silla con cinta canela, ¿que se creían estos? ¿Sicarios?

—Bien prima, ¿"quien" es con quien pasaste la tarde y con esa ropa?—Mis mejillas se pusieron rojas ¿Todo eso por salir con Víctor?—y quiero que me digas su nombre y el del idiota del auto que te llevo sin mi permiso la vez pasada—Mis ojos empezaron a divagar por mi cuarto esperando encontrar algo con que librarme o al menos retrasar todo—Ni pienses en escapar o mentir que te conozco muy bien y aunque no tengamos casi tiempo juntos sé que me ocultas cosas, no se cuantas ni el porque pero sé que ocultas cosas, me preocupo por ti.

—Yo hoy había salido solo por salir...

—Mentira—la voz de mi primo sonó más alto de lo normal y empecé a ver la vena en su cuello, eso no era bueno.

—Está bien, no salí por salir, pero no puedo decir el porque, solo no planeaba encontrarme a nadie, después me encontré con Víctor y fuimos a comer, teníamos hambre, le pedí permiso a tu madre y comimos después regresamos.

—¿Por qué estás vestida de esta manera?

—El señor con el que me fui es mi... es mi psicólogo yo... estoy... yo estoy intentando quitarme el miedo al contacto de mi piel con otras, yo lo necesito para bailar.

—Y ¿tenía que recogerte?—Sonó algo irónico.

—No, así como tú no tienes porque atarme a una silla para poder hablar, y no estoy lista para hablar de eso pero hace poco me enteré que mi familia no había muerto como yo creía que habían muerto, no, murieron por un secuestrador y que en realidad yo estuve desde los 7 a los 9 secuestrada y en ese lapso murió mi familia, tengo pesadillas con eso pero tú estás tan ocupado en tu vida "tan mala" que no te importa lo que pase a tu alrededor, si quisiera tener novio no tendrías que decirme nada, he sido sobré protegida por ti desde que llegue, no había podido hacer amistades porque nunca han sido suficientemente buenas para mí y yo lo he aceptado, esperando a que apruebes a alguien para poder hablarle, esperando, mientras que tú tienes la fachada de chico perfecto en todas las escuelas, en todas partes, pero sabes que ya me canse, estoy harta de estar en tu sombra, se que soy insegura y tengo que mejorar mil cosas, pero lo intento, de verdad lo intento, en cambio tú no tienes problemas verdad, solo no tocas a la gente porque te desespera el hecho de que no puedas controlar a todos en tu entorno. Pero te diré algo. No te esperare, y no me controlaras. Dejaré de ser una niña buena que dice que si a todo incluso sin decirlo, que se ofrece a hacer otras cosas por ti y para ti. Así que Sergio suéltame y salgan de mi maldita habitación. Mejor solo suéltenme y no me esperen, le rendiré cuentas a mi tía pero aquí se corta la correa contigo.

Me quito la cinta, tome mi mochila de entrenamiento y guarde mi uniforme, ropa deportiva, ropa interior y todo lo necesario para 3 días, tome dinero que tenía guardado para emergencias y salí de ahí. Iría a algún lugar donde pudiera quedarme. Pero antes de eso a la plaza para cortarme el cabello.

Mi vida desastrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora