Capítulo 3

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- Hablando

- Pensamiento

- Charla interna

- Hechizos

Esta historia es un Fanfic sin ánimo de lucro, los personajes, escenarios y demás corresponden a sus legítimos propietarios

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Harry pudo escapar del hospital relativamente fácil, ninguno de los médicos o enfermeras se dio cuenta de que el niño al que habían traído de urgencias 48 h antes se había escapado de su habitación y dejado el edificio. Harry caminó y caminó siguiendo las indicaciones que le daban los 2 dragones celestiales quienes a su vez le contaban lo poco que sabían de la comunidad mágica de ese mundo. También le hablaban sobre el entrenamiento y la recuperación que habían pensado para él durante los próximos meses.

Vas a tener que recuperarte de más de una década de abandono y dejadez por parte de aquel cerdo y de aquella burra con mal aliento, Socio. - decía Ddraig en la mente de Harry. - También deberás encontrar un sitio en el que puedas descansar para poder recuperar de las heridas que tienes.

- ¿A qué te refieres con heridas, Ddraig? - dijo Harry en voz baja. - A parte del dolor de mil demonios que tengo en la cabeza debido a ese bastardo Dursley, apenas noto que esté herido.

Las heridas que has sufrido en el zoológico no son las únicas que se encuentran presentes en tu actual cuerpo, compañero. - dijo Albión. - Tienes muchas fracturas que no han curado correctamente al igual que tu visión es peor de lo que crees, hemos visto que tus ojos tienen varios nervios dañados, al igual que sabes al igual que nosotros que te faltan algunos dientes por los puñetazos de tu idiota ex-primo.

Después de una hora de caminar por las calles de Londres, al final Harry llegó a la entrada de un pub metido en una de las callejuelas de la ciudad, el mismo a la vista de la mayoría de las personas parecía ser un local abandonado y que seguramente el resto de la gente utilizaría como almacén para guardar mercancías. Pero a los ojos de Harry el local parecía estar abierto y que este tenía un cartel que al acercarte tenía el nombre de "Caldero Chorreante"

Harry entró dentro del pub donde vio que había una gran cantidad de adultos, la mayoría vestidos con la ropa de la gente de la calle, pero otros iban vestidos con túnicas de diversos colores predominando en la mayoría de ellos el color negro, algunos también llevaban sombreros o en el caso de las mujeres un pequeño colgante de oro en el que se presentaba un gato, un hada o una pequeña ave. 

Me recuerdan a los cosplay que solía hacer aquella chica mágica de la familia Sitri. - dijo Ddraig riéndose del aspecto de algunas brujas. - Si estuviese aquí... No me extrañaría de que comenzase a hacer alguna de las poses que solía hacer para su serie.

- Por favor, Ddraig, no me lo recuerdes. - dijo Harry recordando aquella vez en que le obligó a grabar un capítulo de su serie y que hiciese un montón de poses ridículas. - No me había sentido tan humillado y ridículo en toda mi vida, hubiese preferido que las chicas del club de kendo me diesen una paliza que tener que repetir eso otra vez.

Mientras Albión se reía mientras veía los recuerdos de Harry de aquel día, el chico se dirigió a la barra donde estaba un camarero sirviendo una copa tras otra utilizando una varita mágica o siendo ayudado por unos seres bajitos, con la piel de color marrón, con ojos grandes y saltones y con orejas muy grandes y puntiagudas.

- Disculpe. - dijo Harry. - ¿Podría indicarme como puedo entrar al callejón Diagon, por favor?

- Eres muy joven para estar en este local, chico. - dijo el camarero. - ¿Dónde están tus padres? ¿Acaso no han podido acompañarte?

El Mago Rojo y BlancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora