Harry Potter era un niño que vivía con sus tíos y su primo en el número 4 de Privet Drive, este nunca fue querido por esa parte de su familia quienes no desaprovechaban una oportunidad para hacerle sufrir.
Pero... ¿Qué pasaría si un día esos maltrat...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No pasó mucho tiempo hasta que Dumbledore volvió a llamar a la calma a todos los espectadores del estadio para que así estos pudieran volver a sus asientos y prepararse para ver el siguiente enfrentamiento del Rating Game. A pesar de ir por detrás del marcador, el grupo de Harry sabía que el juego no había hecho nada más que empezar por lo que también se encontraban bastante tranquilos ya que no era de sabios el perder la calma solo por ir por detrás por tan solo un punto.
- ¡De acuerdo! - dijo Dumbledore después de volver a llamar tanto a Rias como a Harry para que volvieran a extraer esferas de las cajas que tenían delante de ellos. - ¡Ambos contendientes han sacado un 2 y sin símbolo! ¡Por lo que el siguiente combate será un 2 contra 2 y cada uno podrá enviar a sus elegida/os que deseen! ¡Tienen 15 minutos para elegir a sus representantes y pensar en una estrategia!
Antes de que Harry si quiera pudiera comenzar a pensar en quienes debería enviar en el siguiente combate, este sintió 2 manos en sus hombros para después darse la vuelta y ver quienes eran las dueñas de ellas y con estas asintiendo con sus cabezas diciendo que las próximas en combatir serían ellas. Harry sabía por la mirada de 2 de las chicas que este amaba que ambas no darían ni un solo paso atrás y que tampoco habrían aceptado la negativa del chico de enviarlas a enfrentar a quienes la Gremory hubiera elegido para pelear contra ellas.
Los dos equipos de combatientes comenzaron a bajar en dirección a la arena con cada una teniendo un objetivo en mente, por una parte el equipo de las nekomata bajaban con una mirada que reflejaba fuego en sus ojos en los que solo tenían en mente una cosa que era ganar aquel combate dando incluso más ventaja a las Gremory para cumplir su deseo de recuperar al chico que amaban. Por otro lado estaban las hermanas Greengrass-Potter con la mente pensando en ganar aquel combate para llevar honor a la Casa de su marido y de sus futuras y futuros hijos e hijas y además asegurarse de que aquellas gatas traidoras estuvieran lo más lejos posible de su marido y que estás no volvieran a hacerle daño nunca más.
- Espero que tengamos un combate divertido y limpio, nya. - dijo Kuroka sonriendo para después mirar a su hermana menor quien tenía una cara mucho más seria que el semblante que solía tener. - ¿Qué te ocurre, Shirone-nya? Parece que estás bastante enfada con esas 2 chicas.
- Esas 2... - dijo Koneko apretando los puños sin apartar la vista de las manos de ambas chicas Greengrass. - Decidme una cosa, Astoria y Daphne, ¿Qué son esos anillos que teneís en vuestras manos? - dijo Koneko sabiendo lo que eran esos anillos, pero negándose a aceptar lo que se estaba imaginando.
