Harry Potter era un niño que vivía con sus tíos y su primo en el número 4 de Privet Drive, este nunca fue querido por esa parte de su familia quienes no desaprovechaban una oportunidad para hacerle sufrir.
Pero... ¿Qué pasaría si un día esos maltrat...
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Harry ya se había tomado el elixir de lágrimas de fénix y reparado los daños del lugar justo a tiempo, los miembros del Winzegamot regresaron a sus asientos poco a poco a la vez que vieron como Harry se dirigía a su asiento con el rostro serio al igual que se veía como si el mismo estuviese enfadado por alguna razón.
- ¿Estás bien, Harry? - dijo Dumbledore viendo la cara de su alumno. - ¿Acaso has tenido algún problema con Jude cuando nos fuimos?
- Si, profesor. - dijo Harry cuyos ojos seguían de color verde intenso y azul. - Digamos que acabo de averiguar una cosa muy preocupante sobre Jude y que debo informar a mi familia urgentemente una vez que termine este juicio.
Dumbledore asintió a las palabras de Lord Potter con el mismo queriendo saber a que se refería su alumno exactamente, sin embargo, no pasó mucho tiempo cuando vieron que entraba Fudge seguido por su nuevo lameculos en forma de Percy Weasley quien parecía querer agradar al Ministro de Magia como una especie de perro que ruega las sobras de la mesa de su amo.
Patético. - dijo Ddraig. - Ese chico ha caído muy bajo si está dispuesto a vender a su familia con tal de conseguir algunas migajas de Fudge. Puede que su ambición le haya llevado a esto, pero que se niegue a ver que Fudge no es nada más que un barco que se hunde solo hace ver que es el más estúpido de todos los Weasley.
Simplemente se ha dejado hechizar por promesas de oro y de gloria por parte del desgraciado de Fudge. - dijo Albión. - Pero de todas formas ha tomado una mala decisión al ponerse de parte de ese desgraciado, fíjate le está riendo todas sus gracias a la vez que parece que estaría dispuesto a besar por donde quiera que pisase.
Aunque ahora mismo eso no importa, Socio/Compañero. - dijeron los 2 dragones celestiales a la vez. - Sabemos que todavía estás alterado por lo que ha pasado con el hijo de perra de Rizevim, pero ahora mismo no debes perder atención al juicio de tu padrino. Si todo sale como hemos planeado, la situación de Fudge caerá mucho más y dentro de poco podremos quitarle del puesto de Ministro de Magia y colocar a tu madrina.
- Lo sé, chicos. Lo sé... - dijo Harry en su mente. - Sin embargo, no puedo evitar recordar las palabras que dijo ese maldito hijo de perra, sabemos de lo que es capaz. En nuestro antiguo universo liberó al Trihexa con la única intención de propagar el caos y la destrucción sin importarle cuantas vidas fueran destruidas y tomadas. ¡Pase lo que pase no podemos permitir que ese bastardo se salga con la suya! ¡Tenemos que avisar a los demás y prepararnos para lo que sea que tenga preparado contra nosotros!
