Harry Potter era un niño que vivía con sus tíos y su primo en el número 4 de Privet Drive, este nunca fue querido por esa parte de su familia quienes no desaprovechaban una oportunidad para hacerle sufrir.
Pero... ¿Qué pasaría si un día esos maltrat...
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Horas después de que aquel dragón apareciese y de que acabase con los dementores que habían aparecido en el estadio, se podía observar a un chico de pelo negro tumbado en la cama a la vez que este se encontraba rodeado por el equipo de Quidditch de Sekiryuukou, por sus amigos, sus novias y prometidas. Harry Potter había vuelto a perder la consciencia al poco de ver a aquel enorme dragón.
- ¿A qué vienen esas caras largas? - dijo Harry despertando y viendo las caras de preocupación de la gente a su alrededor. - ¿Acaso tengo algo en la cara? - dijo Harry de broma.
- ¡HARRY! - dijeron las novias y prometidas del chico quienes se lanzaron encima de él para abrazarle y para besarle en los labios. - ¡¿Estás bien?! ¡¿Necesitas algo?! ¡¿Quieres que vayamos a buscar a la señora Pomfrey?!
- ¡Tranquilizaos, chicas! - dijo Fred riendo. - Creo que lo último que necesita ahora mismo es que le atosiguéis lanzándoos todas sobre él.
- Estoy bien, tranquilas. - dijo Harry besando a sus chicas para después incorporarse un poco con ayuda de Ron y de George. - Decidme, ¿Qué fue lo que ocurrió? Lo último que recuerdo fue que aparecieron los dementores y que me atacaron...
- ¡¿No te acuerdas?! - dijo Ron y con Harry negando con la cabeza. - ¡No te lo vas a creer! ¡Mientras caías apareció un dragón gigante de color negro y morado que te salvó de la caida!
- Después aquel dragón te bajó con cuidado. - dijo Hermione recordando a aquel enorme ser y la fuerza que desprendía, al igual que le devolvía la varita a su novio. - Cuando tocaste el suelo, el dragón miró a los dementores y quemó a todos los que encontró a su paso.
- ¿Conoces a algún dragón de esas características, Harry? - dijo Delphi con curiosidad. - Porque fue increíble que ese dragón apareciese de la nada y te salvase la vida.
¿Un dragón negro y morado?... No puede ser, es imposible que sea ella ¿Verdad? - dijo Harry en su mente mientras pensaba en cierta diosa dragona del infinito. - Lo siento, chicas. Pero nunca me he encontrado con un dragón con esa descripción que me decís. No tengo ni idea de por qué me salvó.
- Pues si hubieses visto la cara que tenía Dumbledore cuando vio que los dementores habían entrado en el campo... - dijo Astoria recordando la ira del director. - Jamás le había visto tan furioso, justo después de que te ordenase que te llevasen a la enfermería el mismo fue a por el resto de los dementores y les atacó junto a McGonagall y Flitwick.
