- Hablando
- Pensamiento
- Charla interna
- Hechizos
Esta historia es un Fanfic sin ánimo de lucro, los personajes, escenarios y demás corresponden a sus legítimos propietarios
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Harry estuvo desmayado durante unos minutos en los que Hermione tuvo la cabeza de su novio en su regazo a la vez que esta le acariciaba la cabeza. Las demás chicas también estaban preocupadas por él y deseando que el mismo se despertase, aunque el nuevo profesor del curso les aseguró de que Harry estaba bien y que cuando despertase y comiese algo se encontraría mucho mejor.
- Umm... - dijo Harry abriendo los ojos. - Debo estar en el cielo, porque nada más despertar me veo rodeado de ángeles muy hermosas.
- ¡HARRY! - dijeron las novias y prometidas del chico quienes se lanzaron a besarle en los labios a la vez que comenzaban a preguntarle si estaba bien o si necesitaba descansar algo más.
- Dejadle tranquilo, jovencitas. - dijo el profesor. - Toma, es chocolate, te vendrá bien teniendo en cuenta la mala experiencia que acabas de vivir.
- Gracias, señor... - dijo Harry comiendo el dulce.
- Lupin, Remus Lupin, encantado de conocerte, Harry Potter. - dijo Lupin sonriendo al chico. - Tranquilo, dentro de unos momentos llegaremos a Hogwarts, sin embargo, todavía no me puedo creer que el Ministerio haya decidido mandar dementores a Hogwarts. Fudge debe de haber perdido la cabeza para llegar a esta conclusión.
- ¡¿Los guardias de Azkaban?! - dijo Harry sorprendido. - ¡¿No se supone que solo atacan a aquellos que les ordena el Ministerio?!
- Al parecer aquel dementor debió pensar que tal vez tendrías información sobre Sirius Black y seguramente creía que si te quitaba un poco de energía confesarías todo lo que sabes. - dijo Lupin dándole otro dulce. - Come este también, estás algo pálido, chico. Bueno, voy a ver al maquinista para ver si no tendremos más sorpresas en lo que queda de camino.
- Gracias, profesor Lupin. - dijo Harry provocando que Lupin sonriera un poco.
- ¿De verdad te encuentras bien, Harry? - preguntó Ginny mirando a su novio con preocupación. - Creía que no te despertarías... - Ginny entonces besó a Harry para confirmarse a sí misma que el chico se encontraba bien.
- Te pusiste rígido y después comenzaste a hablar en una especie de lengua inventada y a alguien que no estaba aquí, amigo. - dijo Ron.
- Sí, ¿Quién esa tal Raynare de quien no dejabas de hablar, Harry? - preguntó Delphi mirando a los ojos de su novio y provocando la sorpresa de este.
- Alguien de quien preferiría no hablar en toda mi vida, Delphi. - dijo Harry enfadado a la vez que este comenzaba a mirar por la ventana e imaginándose la sonrisa de psicópata de la ángel caída. - Alguien que le hizo mucho daño una a chica a quien consideraba una amiga y que por poco la mató...
- Lo siento, Harry. - dijo Astoria. - Siento mucho que te hayamos hecho recordar a alguien tan terrible como esa persona de la que hablas...
- No pasa nada, Astoria. - dijo Harry besándola. - Pero os pido a todos que nunca más volváis a nombrarla, la misma está muerta y así es como tiene que estar. Muerta y olvidada para siempre.
Los presentes decidieron no volver a hablar más de Raynare al darse cuenta de que eso le hacía mucho daño a Harry, para cambiar de tema, Mark comenzó a decir que nunca se habría imaginado ver a esa especie de espíritu maligno más parecido a un espectro del anillo en Hogwarts. Harry agradecido al chico, comenzó a explicar que eran los dementores al igual de que estos eran unas criaturas mágicas que se alimentaban de la gente y más de los peores recuerdos que estos poseían, también les advirtió de que el mayor peligro de un dementor era algo llamado el "beso del dementor" en el que la criatura te absorbía el alma quedando como una caparazón vacio y siendo incapaz de recuperarte nunca de eso.
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El Mago Rojo y Blanco
FanfictionHarry Potter era un niño que vivía con sus tíos y su primo en el número 4 de Privet Drive, este nunca fue querido por esa parte de su familia quienes no desaprovechaban una oportunidad para hacerle sufrir. Pero... ¿Qué pasaría si un día esos maltrat...