Harry Potter era un niño que vivía con sus tíos y su primo en el número 4 de Privet Drive, este nunca fue querido por esa parte de su familia quienes no desaprovechaban una oportunidad para hacerle sufrir.
Pero... ¿Qué pasaría si un día esos maltrat...
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En la sala común de Sekiryuukou, más concretamente en la habitación privada en la que dormía Harry James Potter Evans junto a sus esposas Astoria y Daphne, el chico se estaba despertando con el amanecer de un nuevo día y con este preparado para iniciar su habitual rutina de ir a entrenar al claro cercano al Bosque Prohibido, sin embargo, en los últimos días ocurría algo que hacía que Harry no tuviese más remedio que negar sonriendo un poco con la cabeza.
- Buenos días, Harry. - dijo una voz coqueta que pertenecía a una hermosa chica pelirroja. - Dime, ¿Ya vas a salir para entrenar?
- Creo que Harry-kun preferiría quedarse en la cama para contemplar a sus bellas novias, ¿No te parece, Rias? Ufu, fu...
- Buenos días, Rias, Akeno. - dijo Harry sonriendo y levantándose con cuidado para no despertar a las hermanas Greengrass-Potter. - ¿Acaso vais a hacer esto todas las mañanas? No es que me queje, pero no querría que Astoria y Daphne me diesen un golpe en la cabeza cada mañana pensando que volví a mi antiguo comportamiento de ser la bestia de la lujuria y la perversión cuando era Issei. - dijo Harry tocando su cabeza que era donde las esposas del chico le habían dado un golpe el día anterior.
En realidad, tanto Rias como Akeno habían iniciado una costumbre de despertarse antes que Harry, ir a su cámara privada y quedarse desnudas para que este las contemplase. Eso era lo único que podían hacer sin poder activar la maldición de la marca blanca de sus cuerpos a pesar de que las mismas deseaban poder volver a tumbarse en la cama del chico que amaban y poder dormir con él. Incluso si eso significaba tener una discusión con las hermanas Greengrass-Potter quienes no querían que nadie más intentase interrumpir el tiempo que estas tenían con Harry.
Habían pasado 3 días desde el final del Rating Game y de que Harry James Potter Evans hubiese descubierto la terrible verdad de lo que les había pasado a las chicas procedentes de DXD, las parejas del chico que sobrevivió y el resto del grupo explotaron en una gran ira al enterarse de lo que en realidad había ocurrido por parte de los poderes de Hermione al compartir sus recuerdos con todas ellas y con todos ellos.
Hubo muchas caras de sorpresa nada más ver lo que había ocurrido al igual que siguieron muchas palabras pidiendo perdón a las de DXD al enterarse que ellas no eran nada más que las víctimas inocentes del estúpido y malvado plan de los idiotas ex líderes de las facciones, el Dragón de la Vergüenza y de los ex padres de Harry. Tampoco se hicieron esperar las caras de ira y de odio dirigidos a todos ellos y con todos mostrando la ira y la furia de un dragón deseando poder ir al universo DXD para poder castigarlos o matarlos de la forma más dolorosa que les fuera posible.
