Capítulo 26

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- Hablando

- Pensamiento

- Charla interna

- Hechizos

Esta historia es un Fanfic sin ánimo de lucro, los personajes, escenarios y demás corresponden a sus legítimos propietarios

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Tal y como habían acordado, Octavio, Marie, Daphne y Astoria se presentaron en la Madriguera una semana después del encuentro que Harry había tenido con las hermanas Greengrass y con su padre. La familia Greengrass venía acompañada por una persona inesperada, un hombre un poco bajo, vestido con un traje de color verde al igual que el sombrero y con varias cadenas de oro que rodeaban el chaleco.

- Harry Potter. - dijo el hombre. - Permite que me presente, jovencito. Mi nombre es Cornelius Fudge y soy el actual ministro de magia. ¡Es un honor poder conocerte al fin, muchacho!

- Si, lo mismo digo. - dijo Harry dando la mano a Fudge, pero Harry notó una pequeña muestra de hostilidad de aquel hombre quien inconscientemente apretó el choque de manos. - Y ¿A qué se debe que el ministro de magia venga a ver a un simple mago menor de edad como yo?

- ¡No hace falta que seas modesto, chico! - dijo Fudge algo más conforme con la actitud de Harry hacia él, como si desease que Harry le reconociese como un superior. - ¿Por qué razón no vendría a visitar a uno de los magos más famosos de los últimos tiempos y a aquel que nos salvo de Quien-tú-sabes?

Harry frunció un poco el ceño ante la declaración de Fudge, Harry comenzaba a sospechar de que el ministro no habría venido a verle por una simple visita de cortesía. Ese hombre quería algo y cómo todo un político corrupto que escondía su verdadera naturaleza con una falsa sonrisa, se gano de inmediato la desconfianza tanto de Ddraig como de Albión.

Ese ladrón quiere alguna cosa de ti, Socio. Te recomiendo que intentes seguirle el juego, pero que no te fíes de él y menos en cualquier cumplido o petición sospechosa que te haga. No olvides que este hombre fue quien decidió convertir una de tus propiedades y la casa en la que murieron tus padres en un museo.

Lo peor de todo es que lo hizo sin el permiso expreso del dueño, tú, Compañero. No sé como funcionará la ley en el mundo mágico, pero creo que deberías haber sido informado de ello en cuanto entraste a Hogwarts y haber recibido una indemnización y una disculpa de parte del ministerio y de este hombre. Hazle caso a Ddraig y no te fíes de él.

- Tranquilos, Ddraig, Albión... Ya no soy el mismo estúpido que fui hace tiempo... - pensó Harry en su mente para después poner una sonrisa en su cara. - Por favor, señor ministro, no hace falta que me recuerde la razón por la que soy famoso, además, de que hay que admitir que en ocasiones es muy duro el tener que aguantar a tantas y tantos fans que te persiguen para obtener tu autógrafo.

- ¡Ya lo creo que es difícil, joven Potter! - dijo Fudge. - Incluso yo tengo que alejar a veces a la prensa que me persigue hasta la puerta de mi casa, ya que como puedes suponer, ser ministro de magia es un trabajo bastante agotador.

Octavio Greengrass quien estaba presente en la reunión sonrió al ver como Harry le seguía el juego a Fudge haciendo que el ministro escuchase exactamente lo que quería escuchar, por lo que este sonreía en su mente al pensar de que no se había equivocado en su elección y que trataría del tema por el que deseaba hablar con él junto a su esposa cuando Fudge les dejase solos.

- Y ahora, será mejor que nos pongamos un poco serios en la razón por la que me encuentro aquí, Harry. - dijo Fudge. - Pero tranquilo, te aseguro que el Ministerio de Magia está haciendo esfuerzos extra para asegurarse de que todo el mundo esté tranquilo y a salvo.

El Mago Rojo y BlancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora