Harry Potter era un niño que vivía con sus tíos y su primo en el número 4 de Privet Drive, este nunca fue querido por esa parte de su familia quienes no desaprovechaban una oportunidad para hacerle sufrir.
Pero... ¿Qué pasaría si un día esos maltrat...
No pasó mucho tiempo hasta que llegaron las esperadísimas vacaciones de Navidad y al igual que los años anteriores los alumnos partían en dirección a sus casas para poder pasar las vacaciones con sus familias. Pero aquel año fue diferente a los anteriores, aquel año más del 85% de los alumnos abandonaron el colegio durante las vacaciones si con eso podían poner distancia entre los dementores y ellos. (Nota de autor: ¿Reconocéis la mansión?)
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Durante aquellas vacaciones de Navidad, Harry tuvo un encuentro no muy agradable cuando fue a visitar a las hermanas Greengrass y a sus padres, ya que nada más llegar a su casa se encontró de que le estaba esperando un sujeto no mucho mayor que él, parecía tener unos 18 años, tenía el pelo rubio casi platino e iba vestido con un traje que a su vez llevaba una especie de medalla en el que se podía ver el escudo de los Greengrass.
- ¿Quién eres? - dijo el chico nada más ver a Harry. - ¡ALFRED! ¡¿Cómo has podido dejar entrar a la ancestral y noble casa de los Greengrass a un pordiosero que no parece que sea diferente a un sangre sucia?!
- ¡Lamento las molestias, señor Jude! - dijo el mayordomo completamente asustado. - ¡Pero el joven trae consigo una invitación de parte de Lord y Lady Greengrass por lo que no he tenido más remedio que dejarle entrar!
- ¡Hmpf! ¡Maldito inútil! - dijo Jude para después apuntarle con su varita y prender fuego a sus pantalones. - ¡¿Quien te crees que eres para hablarme en ese tono?! ¡A mí! ¡Al futuro Lord Greengrass y quien llevará a la familia Greengrass a la gloria!
- ¡¿Está bien?! - dijo Harry quien se había quitado el abrigo rápidamente y ayudaba al viejo mayordomo a apagar el fuego. - Déjeme ver... Menos mal, no ha llegado a producirse ninguna quemadura, pero le recomiendo que vaya a ver a un médico para que le vea.
- Muchas gracias, joven. - dijo el mayordomo agradecido para después marcharse.
Pero Harry solo pudo ver con una enorme decepción y asco a la persona que se convertiría en un futuro en el sucesor de Octavio. Harry ya se había imaginado cómo podría ser el hermano mayor de sus amadas Astoria y Daphne, pero jamás se habría pensado que el chico fuese más horrible de lo que le habían contado.
No me gusta ese tipo, Socio. Creo que el mismo está mal de la cabeza para prenderle fuego a la pierna de ese anciano, además, si no fuese porque Octavio dijo que el chico era su hijo, podría dudar de que el mismo sea hermano de tu Reina de Hielo y de la chica de los dulces.
