Harry Potter era un niño que vivía con sus tíos y su primo en el número 4 de Privet Drive, este nunca fue querido por esa parte de su familia quienes no desaprovechaban una oportunidad para hacerle sufrir.
Pero... ¿Qué pasaría si un día esos maltrat...
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No pasaron nada más que un par de días en los que Dumbledore meditó con seriedad sobre la verdad del terrible crimen cometido por el Barón Sanguinario, también conocido como el fantasma de la Casa Slytherin y los terribles actos que hizo a la hija de una de las fundadoras de Hogwarts, Helena Ravenclaw. Si bien era cierto que el mismo no podía ser juzgado como un criminal y asesino normal , eso no quitaba que este no pudiera recibir un castigo adecuado a su crimen.
Incluso Amelia acompañada por Yasaka también estuvieron presentes en el colegio para escuchar el testimonio de Helena al igual que el del grupo de Harry quienes dieron prácticamente la misma declaración sobre las palabras que dijo el Barón. Pero a pesar de que el mismo fantasma intentó justificarse de mil maneras argumentando de que su título nobiliario y que además el crimen había ocurrido hacía ya varios siglos, eso no valio apenas nada para que se llegara a una decisión.
- Barón Sanguinario. - dijo Dumbledore con seriedad y mirando a los ojos al fantasma. - A la vista de las declaraciones y de las sucesivas pruebas presentadas ante vos, como Director del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería me veo obligado a que sea expulsado de este colegio para siempre al igual que se retirará todo rastro de vos en este colegio para que no sea nada más que un horrible recuerdo que todos estaremos encantados de desterrar de nuestras mentes.
- Y de la misma forma, yo Amelia Bones Black, como actual Ministra de Magia de Inglaterra y después de repasar las pruebas que hay en vuestra contra, no me dejáis más remedio que declararos culpable de los crímenes de violación y asesinato. Por lo que se os presentan dos opciones, Barón... La primera es que paséis a través del velo que os lleve directo hacia la otra vida, o bien que Lord Potter aquí presente destruya vuestra asquerosa y oscura alma para siempre.
En ese momento, Dumbledore cumpliendo con sus privilegios como director de Hogwarts y como uno de los magos más poderosos de los últimos tiempos, creó un traslador para que este llevase al fantasma condenado, a la Ministra, a Harry y a él mismo a una sala muy especial dentro del Ministerio de Magia y más concretamente a una de las Salas dentro del Departamento de Misterio. La sala de la muerte y donde estaba una cosa que había permanecido allí desde prácticamente los inicios de la magia en ese mundo... El velo.
