Harry Potter era un niño que vivía con sus tíos y su primo en el número 4 de Privet Drive, este nunca fue querido por esa parte de su familia quienes no desaprovechaban una oportunidad para hacerle sufrir.
Pero... ¿Qué pasaría si un día esos maltrat...
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El tiempo que había dicho Voldemort en el que este dijo que iría a Hogwarts estaba llegando a su fin, durante aquella larga semana hasta el comienzo de aquella batalla, Dumbledore avisó a sus alumnos de lo que ocurría al igual que este les insistió a todos a que abandonasen el colegio y se dirigieran a sus casas junto a sus padres lo más rápido posible. Evidentemente muchos lo hicieron ya que el miedo a enfrentarse a Voldy era muy grande, pero también hubo un número mucho mayor quienes se levantaron y poniendo la mano en sus corazones gritaban porque les permitieran quedarse para luchar.
- Agradezco esas muestras de compromiso y de valor para que se queden aquí ayudándonos. - dijo Dumbledore bajando la cabeza agradecido y sorprendiendo a todos. - Sin embargo, me temo que no puedo aceptar que arriesguen sus vidas en esta batalla, no digo que no tengan el valor ni la habilidad para hacerlo, pero la mayoría de ustedes son menores de edad y no estaría cumpliendo mi deber como director de este colegio si les permitiese participar en esta lucha.
Evidentemente hubo muchas protestas procedentes de los voluntarios quienes decían que era una injusticia que no les permitieran quedarse para luchar y así defender el colegio, pero Dumbledore mandó una mirada a Harry pidiendo que este se levantase y que hablase con toda la gente a la que había estado enseñando para que estos pensasen bien las posibles consecuencias antes de que estos decidieran jugarse sus vidas para enfrentar a Voldy y a sus secuaces. Para sorpresa de Harry, ninguna/o de los miembros de la Dragon Force dio un un solo paso atrás y con la mano en sus corazones dijeron a Harry que este no les había estado preparando durante todos esos meses para echarse atrás y huir ahora que por fin había llegado la hora de luchar. Pero hubo alguien a quien Harry no permitió unirse a aquella lucha y quien días antes de que ocurriese aquel combate estaba discutiendo con el chico que sobrevivió de una forma bastante acalorada.
- ¡¿POR QUÉ?! - dijo una furiosa Cho al ver que ella no había sido incluida en la batalla de defensa de Hogwarts. - ¡¿POR QUÉ SOY LA ÚNICA DE LOS PRESENTES A QUIEN NO LE PERMITES PELEAR, HARRY?! ¡YO TAMBIÉN FORMO PARTE DE LA DRAGON FORCE! ¡HE ENTRENADO AL IGUAL QUE EL RESTO DE TODAS Y TODOS LOS DEMÁS! ¡NO PUEDES DEJARME AL MARGEN Y MUCHO MENOS EN ESTA BATALLA!
- ¿Y qué hay de Hope, Cho? - dijo Harry mirando a los ojos a la chica de Ravenclaw. - Eres su madre y créeme cuando te digo que no es una experiencia muy agradable el crecer sin una madre que te quiera y que te de todo el amor que sé que tienes. No quiero que mi ahijada viva la misma vida que yo y tampoco culparme de tu muerte en caso de que ocurra alguna desgracia.
