Capitulo 112: Cambio de actitud

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     Pov Susana:

     Después de pedirme infinidad de veces perdón y que lo perdonara, él ya dijo de irse...

     Kendall - Bueno entonces te volveré a ver por la casa ¿no?

     - No, a menos que me inviten. Pero para volver a trabajar allí no lo haré.

     Kendall - Pero me perdonaste...

     - Si, pero eso era algo que llevaba pensando tiempo ya. Quiero hacer otras cosas con mi vida. Y ahora que vendí mi casa en España puedo pensar en que hacer.

     Kendall - Entonces me alegro de que nos dejes como sirvienta. Y ya para todos serás una amiga.

     - Anda vete ya, antes de que tu boca te juegue una mala pasada y vuelvas a meter la pata.

     Kendall - Esta bien ya me voy. Nos vemos.

     - Hasta luego... ¡Ah! Suerte con Bea - Me miró y me sonrió. Subió a su coche y se fue rápidamente de ahí. Yo me sentía como si me hubiese quitado un gran peso de encima, no me gustaba estar peleada con nadie y últimamente siempre andaba así... con Dean, con Logan y ahora incluso había sido con Kendall. Como hacia una mañana soleada, aunque no calurosa, puse a Gabi en su cuco y nos fuimos a pasear. No conocía demasiado aquella zona y cuando me di cuenta no sabia a donde estaba. Los Ángeles era una bonita ciudad pero realmente ahora veía todas las calles iguales. Y no recordaba la dirección de la casa de Dean ¿Qué podía hacer?¿llamarlo a él? Pero si está en clase no verá mi llamada. En realidad todos estaban en clase, así que no sabia a quien avisar. Luego estaba Bea, pero ella no tenia ni idea de donde andaba. Por suerte la dirección de la casa de los chicos si la recordaba. Vi un taxi y le di aquella dirección. En pocos minutos estábamos allí, sabia que estábamos bastante cerca. Pagué al taxista y piqué al timbre. Rico me vio y se acercó sonriente.

     Rico - Susana ¿qué tal?

     - Hola Rico, pues me perdí por algunas calles de esta ciudad y no sabia la dirección de mi nuevo hogar, sólo recordaba ésta.

     Rico - Eso es el destino y que no quiere que nos abandones.

     - Jajaj, será eso seguro.

     Rico - Ven vamos a la cocina, a María le hará ilusión verte, se quedó triste tras tu marcha y la de tu niña.

     - Pero si me fui ayer, no tuvo tiempo de echarnos de menos.

     Rico - Ya te digo yo que así fue... - me indicó para que lo siguiera y así lo hice. Llegamos a la cocina y allí como siempre estaba María entre los fogones, preparando una de sus riquísimas comidas. Le hice el gesto a Rico de que no dijera nada y se despidió de mi con un beso en la mejilla. Me acerqué sin hacer ruido a ella y le tapé los ojos con mis manos. No tuve que decir nada, ella sólo olió mi perfume y supo enseguida que era yo.

     María - ¡Susana! Volviste.

     - Hola María, pero no lo hice para quedarme. Sólo lo hice de visita.

     María - Me apena oír eso, pero supongo que sabrás lo que te haces... aún así ¿te quedarás a comer verdad?

     - Claro, avisaré a Dean para que pase por mi y por Gabi después de sus clases. Así puedo pasar un rato contigo y... ¿dónde está Rosa?

     María - Está haciendo los cuartos de los chicos, desde que le dieron la última oportunidad cambió su actitud y volvió a ser la misma de siempre, cariñosa y buena que yo recordaba.

     - Me alegra mucho saber eso - María dejó por un momento lo que estaba haciendo y se acercó a coger a mi hija.

     María - La voy a echar mucho de menos...

     - La seguirás viendo, vendremos a visitarles siempre que podamos y tu puedes venir a vernos a nosotras siempre que quieras.

     María - Voy a avisar a Rosa que la comida ya está lista...

     - Déjame hacerlo a mi, te dejo aquí con la pequeña.

     María - Está bien - y empezó a hacerle carantoñas a la niña y ésta no paraba de reírse. Subí al piso de arriba y en la habitación de James me encontré a Rosa llorando, no chillando de rabia como estaba acostumbrada, sino llorando con pena. Abrí un poco la puerta y me miró con los ojos muy colorados.

     - ¿Estás bien Rosa?

     Rosa - Si, lo estoy - dijo secándose las lágrimas y acabando de arreglar la habitación.

     - Yo no te veo bien, no quiero parecer chafardera pero puedes contarme si quieres...

     Rosa - Tu no puedes ayudarme, nadie puede... es algo que tengo que arreglar yo sola.

     - Como quieras, tu madre me dijo que la comida ya está lista - Me giré de nuevo hacia la puerta, hasta que me soltó un "¡Espera Susana!" me giré de nuevo y vino hacia mi y me abrazó "gracias por preocuparte" me dijo antes de volverse a poner a llorar de nuevo. Estuvimos unos minutos allí en silencio, abrazadas, hasta que se calmó y ya dijimos de bajar. Fue una comida muy amena, Rosa realmente había cambiado totalmente de actitud e incluso me preguntaba que que pensaba hacer ahora con mi futuro, con un "ni yo misma lo se" le contesté. Al acabar ayudamos a recoger la mesa y pusimos todas las cosas en el lavavajillas. Ya había mandado un mensaje a Dean diciéndole que estaba allí, así que cuando escuché la puerta abrirse y las voces de los chicos que regresaban de la universidad me fui hacia ellos. Dean vino hacia mi y me cogió por la cintura atrayéndome hasta su cuerpo y me besó, woo me encantaban esos besos llenos de pasión. Un poco colorada me aparté de él y después de despedirnos de todos nos fuimos para casa.

Cuando la nieve y el frio eran nuestros mejores amigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora