Capitulo 121: Desapariciones en el parque

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     Pov Susana:

     Cuando llegué a casa, me puse a hacer las tareas de cualquier ama de casa, era muy grande y creía que me iba a llevar horas pero no fue el caso y cuando terminé empecé a aburrirme. Aún faltaban varias horas para que Dean regresase y no sabia que hacer. Puse la televisión y la programación era nefasta, no me apetecía leer así que coloqué a la niña en su carro y decidí salir a pasear, aunque esta vez me fijaría por donde iba y no volvería a perderme. Pero por si acaso me apunté la dirección en mi teléfono. Era increíble que con la lluvia que había caído la noche anterior ahora luciese un sol como el que calentaba esa mañana las calles de Los Ángeles. Incluso me apeteció comer helado, así que cuando vi un puesto en un parque me acerqué y pedí uno de nuez. Me senté en un parque y me lo comí antes de que se derritiera y me manchara por completo. Estaba tan a gusto allí que no noté prácticamente el paso del tiempo, observaba a la gente pasar aunque sin parecer demasiado obvia. Gente que paseaba con bebés o con mascotas, parejas cogidas de la mano demostrándose todo el amor que sentían con besos, sin preocuparse en absoluto que yo los observara... A mi lado se sentó una señora, no muy mayor pero que parecía muy cansada. La miré un segundo y me acordé de mi madre ya que tendrían más o menos la misma edad. Ella me miró sonriente y luego miró a mi hija.

     Sra - Precioso bebé ¿cuánto tiempo tiene?

     - Acaba de cumplir los cinco meses.

     Sra - Ay que chiquita - al decir eso su rostro se volvió triste.

     - ¿Le ocurre algo señora?

     Sra - Estoy bien, sólo que tu niña me recordó a la mía y es doloroso.

     - ¿Qué le pasó a su bebé?

     Sra - Me la raptaron cuando era así de chiquita, de eso hace ya veinte años pero jamás he perdido la esperanza de volver a encontrarla. Por eso siempre vengo aquí. Aquí me la robaron... mi pequeña Lucía - ya no se aguantó más y se puso a llorar. Aquella imagen me partió el alma y me dejó muy mal pensando en que haría yo en su situación.

     - ¿No la buscó la policía?

     Sra - Pensaron que yo misma la había desaparecido ya que sufría grandes problemas económicos por aquel entonces, encima era madre soltera. No pude probar nada y no investigaron, yo contraté a un detective pero por muy poco tiempo... cuando el dinero que me prestaron terminó él también desapareció, llevándose todas las esperanzas que puse en que me la devolvieran.

     - Es una historia muy triste...

     Sra - Lo se, pero mientras yo esté viva, su recuerdo estará en mi y ahora que tengo dinero moveré cielo y tierra hasta encontrarla.

     - Espero que así sea, yo tengo que irme... mi pareja llegará pronto a casa. Espero verla en otra ocasión.

     Sra - Todas las mañanas estoy aquí. Hasta la vista y gracias por haberme escuchado.

     - No hay porque darlas. Hasta pronto señora.

     Sra - Ana, me llamo Ana.

     - Pues encantada Ana, yo soy Susana y ella es Gabriela - Me saludó y me fui de allí, aquella historia me dejó más tocada de lo que pensaba... sentí una especie de pinchazo en el corazón cuando me la estaba contando. Como reflejo cuando llegué a casa llamé a mi madre, necesitaba escuchar su voz.

     *Llamada*

     Mamá - Susana hija, ahora mismo estaba pensando en ti.

     - Hola mamá ¿qué tal todo por allí? ¿y Yoli como está?

     Mamá - Ella mejor, pero nos mandan a una clínica en Boston para curarse del todo. Mañana viajamos para allí.

     - ¿No pensabais decirme nada?

     Mamá - Queríamos sorprenderte y visitarte. Logan nos dio la dirección cuando estuvisteis aquí.

     - Woo eso es genial, salvo que ya no vivo en la casa de Logan, me mudé hace unos días.

     Mamá - ¿Hubo algún problema con él o con tus otros jefes?

     - No mamá, ellos son mis amigos, en realidad me mudé con mi novio... bueno compartimos casa.

     Mamá - No tienes que darme explicaciones, tu ya eres mayor. Pues dame tu dirección y mañana estaremos allí.

     - Ok - le di la dirección y nos despedimos para vernos de nuevo al día siguiente.

     *Fin de la llamada*

     Le preparé la bañera a Gabi y tras bañarla y ponerla en su cuna me hice lo mismo para mi. Un baño calentito me despejaría un poco la mente.

Cuando la nieve y el frio eran nuestros mejores amigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora