Pov Susana:
Los días fueron pasando y todos regresaron a sus quehaceres, incluida yo, que retomé mis clases de guitarra con Kendall. Se me hacia muy duro cuando él mencionaba a Bea por algún motivo. El secreto de que ella seguía con vida me abrasaba las entrañas. Ella se había ido a Londres a huir de todo y todos y, aunque seguíamos en contacto, era complicado saber como se sentía con una simple llamada de teléfono que compartíamos cada equis tiempo. Todos vinieron a casa a ver algo en la televisión, algo que les interesaba mucho a todos pero que yo prácticamente no entendía. Noté que mi teléfono empezó a vibrar, lo puse así por no molestar, me levanté del sillón y fui a la cocina. En la pantalla ponía Luna Swan, era Bea. Entre las dos decidimos ponerle un nombre en clave para que los demás no la pillasen. Contesté su llamada y era para informarme que le iban a hacer ya la prueba, era para saber si su bebé era de Kendall o Christian, le prometí que iría unos días con ella para apoyarla y verla. Me dijo que sólo tenia un día para viajar, porque se la hacían en dos días... Estaba tan enfrascada en la conversación que no vi que me estaban escuchando y sentí que alguien me tocaba el hombro. Colgué la llamada y me giré.
Nat - Dime que te escuché mal... porque juraría que hablabas con ¿Bea?
- ¡¿Qué?! No, que va ¿Cómo podría hablar con ella, si está muerta?
Nat - Estás sumamente rara desde que ella murió, parece que ocultes algo.
- No te montes películas Nat, ojalá ella siguiera con nosotros pero tu como yo fuiste a su entierro y sabes donde ella descansa - intentaba convencerla con mis palabras, pero realmente ni yo misma las creería.
Nat - Sigo sin estar totalmente convencida... pero regreso con los demás a terminar de ver lo de la tele - Cuando salió suspiré aliviada... no tenia ni idea de cuanto tiempo podría seguir con aquella farsa. Sentía que engañaba sin quererlo a todos. Antes de reunirme con todos ellos, llamé al aeropuerto y saqué un billete para mi. Viajaría con Gabi, pero al ser aún pequeña, no debía pagar por ella. Le mandé un whattsap a Bea y le dije que al día siguiente iría a Londres. Ella contestó diciéndome que le avisara a que hora llegaría y así nos despedimos. El avión salia a las cinco de la mañana y prácticamente viajaría todo el día, así que le hice una seña a Dean para poder hablar a solas con él... tuve que mentirle... últimamente parecía que era lo único que hacia y me sentía fatal por ello... le dije que viajaba a España a visitar a mi hermana y mi madre. Acabó lo que estaban viendo y todos se fueron a casa, necesitaba ir a dormir así que lo agradecí. Tal y como apoyé mi cabeza en la almohada caí en un profundo sueño en brazos de Morfeo. Desperté temprano y metí algo de ropa en una mochila, no iba a estar mucho tiempo así que no fue demasiada. Hice lo mismo con las cosas de la niña. Me acerqué a mi cama y Dean continuaba completamente dormido por eso no quise despertarlo, besé ligeramente sus labios y salí de allí sin hacer ruido. El taxi ya me esperaba así que subí con mi hija en el asiento de atrás y nos fuimos al aeropuerto. Llegamos, fui a la puerta de embarque y subimos al avión. Tras un montón de horas llegamos a Londres, eran las tres de la tarde, hora de allí, y parecía ya las diez de la noche. El cielo estaba oscurecido y varias nubes informaban que llovería en breve. Con las indicaciones que Bea me había dado llegamos rápidamente al hospital. Busqué su habitación y piqué a la puerta.
- ¿Se puede? - pregunté asomando ligeramente mi cabeza por la puerta.
Bea - ¡Su, viniste! - Corrí y la abracé. La echaba de menos. Cuando la solté vi que varias lágrimas corrían por su mejilla.
- ¿Va todo bien?
Bea - No Su, nada en absoluto va bien. Tienen que clavarme una larga aguja en la panza, haciendo peligrar mi vida y la de Valeria, para saber si su padre es el maldito de Christian o el amor de mi vida.
- ¿Aún amas a Kendall?
Bea - Nunca dejé de hacerlo, pero por ser orgullosa no lo decía.
- Yo se que él aún siente amor por ti... en cierta manera me lo confesó.
Bea - Pero ahora se complicó todo, además recuerda que todos me creen muerta y de momento tiene que seguir igual... al menos hasta que nazca la niña.
- Yo cada día tengo más problemas para seguir con esto... además ayer Nat me escuchó hablar contigo.
Bea - Pues si ella sospecha algo, vamos listas...
- Bueno he de dejarte ya, mañana regreso. Esta pequeña quiere comer y debe dormir - dije señalando a Gabi que ya me miraba con cara de muy pocos amigos.