Capitulo 175: Carta de despedida

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     Pov Susana:

     Después de estar un rato acompañando a Bea, tuve que salir. Pese al haber estado tantas veces hospitalizada a causa de las continuas palizas de Julian, no podía habituarme a aquel horrible olor. No me fui lejos, sólo paseé por las próximas manzanas. Gabi dormía plácidamente, y así pude ver algún que otro escaparate. Creo que caminé por cerca de una hora, así que ya decidí regresar. No había ido a hacer turismo, sino a acompañar a Bea. Subí de nuevo a su habitación y al apoyar mi oreja en la puerta sólo escuché silencio, pensé que estaría dormida pero al entrar me encontré su cama vacía... mi corazón dio un vuelco y regresé al pasillo para que alguien me dijera donde estaba mi amiga.

     ? - Se la llevaron a hacerle una cesárea...

     - Pero ¿por qué? Ella estaba bien cuando la dejé hace poco más de una hora.

     ? - Tenía un poco de infección y el doctor prefirió no correr riesgos. Pero estese tranquila, no corre ningún peligro, ni su amiga ni su bebé, está en las mejores manos.

     - ¿Puedo esperarla en su habitación?

     ? - Claro, es un procedimiento que no es demasiado largo, así que no deberá esperar mucho - Me despedí de aquella enfermera y entré de nuevo a la habitación. Puse a Gabi sobre la cama y vi varios sobres encima de la mesita. Parecían cartas y nuestros nombres estaban en cada uno de ellos, cogí el que ponía el mio y la abrí para leerla.

     "Querida Su:

     Quiero agradecerte, ante todo el haberme apoyado todo este tiempo, no se como lo habría logrado sin ti. Se que para ti era muy difícil mentir a nuestros amigos, en especial a Dean y quiero que me perdones por haberte obligado a hacerloNo se si sobreviviré a esto, pero debo pedirte un nuevo favor... quiero que regreses cuanto antes a Los Ángeles y les entregues mis cartas al resto. En ellas les explico todo lo ocurrido y en cierta manera me despido de ellos. Otra cosa más, necesito que te ocupes de Valeria y te la lleves contigoAunque no lo creas se que cara estarás poniendo y seguro debes pensar que soy una pesimista y pienso en que voy a morir, así es. Pero además no tengo fuerzas físicas ni psicológicas para regresar y enfrentarme a todo y a todos. Espero que la cara de mi bebé les ablande el corazón y con el tiempo puedan perdonarmeEl médico ya conoce mis planes y en cuanto nazca Valeria te la entregarán. Yo no puedo verla o seré incapaz de separarme de ella. Espero puedas entenderme. Ya me despido. Recuerda a esta amiga que te quiere.

     Bea."

     No podía creer lo que estaba leyendo... pensé que a Bea se le había ido la pinza ya del todo. Aunque ella tuviera algún tipo de miedo ¿cómo iba a poder separarse de su pequeña sin ni siquiera conocerla? Yo era madre y no podía entender eso. Unos veinte minutos después, la puerta se abrió y entró el doctor con la pequeña bebé en brazos. Se acercó a mi y sin decir nada me la entregó. También me dio una nota y unas llaves y ya se iba de nuevo hacia la puerta cuando lo detuve.

     - ¡Espere! ¿dónde está Bea?

     Dr - Ella está reposando, me pidió que te entregara a la bebé y esa nota.

     - Tengo que verla. Debo convencerla que esto es una locura y que se arrepentirá en cuanto se de cuenta de lo que hizo.

     Dr - Lo siento, pero no puedo decirte donde está. Ya no está en este hospital... ahora mismo la están trasladando. Será mejor que hagas lo que ella te dijo, estoy seguro de que cuando se recupere se reunirá de nuevo con esta pequeña - Salió y me dejó viendo la nota. Me daba una dirección y me decía que allí encontraría todas las cosas de Valeria. Miré a la niña que abría ligeramente los ojos... no se si eran imaginaciones mías o simplemente las ganas de que Kendall fuera su padre, pero me pareció que la niña era como él. Cogí a Gabi en un brazo y a Valeria en otro. Salí del hospital y paré un taxi que me llevó a lo que parecía un edificio de apartamentos. Conseguí que el taxista esperara y subí rápido a buscar las cosas de la niña. Desde allí llamé al aeropuerto y compré de nuevo un billete para Los Ángeles. Por suerte un avión salia en poco más de una hora y pude viajar en él. Creo que ya hacia mucho que no lloraba como lo hice entonces, dentro de mi sabia que hacia mal. Tuve que buscarla y hacerla recapacitar. Sentía mis ojos arder y un dolor fuerte en el pecho cuando llegamos a nuestro destino. Cogí las pocas cosas que llevábamos y cuando iba a salir de allí, vi a lo lejos a alguien que parecía Dean. Sólo estaba parado a unos metros de mi, me miraba pero no se movía. Pero lo peor es que en su mirada vi enfado. Me acerqué finalmente a él.

     - Dean ¿qué haces aquí?

     Dean - Eso debería preguntarlo yo ¿no crees? Pensé que estabas en España...

     - Si, pero ocurrió algo y regresé.

     Dean - ¡No más mentiras Susana! Y dime ¿quién es ella? - preguntó furioso señalando a Valeria.


Cuando la nieve y el frio eran nuestros mejores amigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora