Pov Natalia:
Me fui a casa, mi madre no estaba, era raro, ya que desde que mi padre falleció no ha vuelto a salir de casa. No sabía si me tenía que preocupar... Dejé las llaves en el cuenco que estaba en el armario del hall, mi abrigo en el ropero y me quité las zapatillas y las metí en el zapatero. Subí a mi habitación para ducharme y cambiarme de ropa. Cuando estaba en la ducha oí que mi móvil estaba sonando así que dejé que sonara ya que solamente quería estar en mis pensamientos y en como Andrea me estaba comiendo la cabeza poco a poco.
- ¿Por qué señor? ¿por qué? Deja que me lo diga.
? - ¿Que te diga qué quién? - Esa voz no debería ser otra que la de Andrea. Así que abrí un poco la puerta de la ducha y allí estaba, sentada en el inodoro.
- Que va a ser Andrea, lo mío.
Andrea - Ah, es eso. Pues lo tienes que averiguar - Cerré otra vez la puerta de la ducha y empecé a enjabonarme el pelo.
- ¿Así que te gusta aparecer en los sueños de los demás?
Andrea - Un poco, es divertido ver lo que sueña la gente - Sonaba otra vez el móvil. Tenía que ser urgente, pasé de nuevo de la llamada - ¿Por qué no lo coges? Es Alexa.
- Luego la llamo, pero dime ¿Logan qué sabe de ésto? - No iba a cambiar el tema tan fácilmente.
Andrea - Sabe lo mismo que tu, pero poco a poco sabrá más, ya que a él le llegarán pistas a través de sus sueños.
- No, no, no.
Andrea - ¿Qué pasa?
- A Logan se le olvidan muy rápido los sueños.
Andrea - Éstos no, te lo aseguro - ¿qué estaba pensando hacer que soñase Logan? Otra vez sonó el móvil. Así que salí de la ducha, me puse una toalla y fui a contestar.
- Alexa, ahora no puedo.
? - Soy James, Alexa está aquí, estaba preocupada.
- James, dime que queréis y dejadme, sólo pido eso.
James - Vale, te paso a Alexa y luego me dices que te pasa.
- No puedo James, me gustaría mucho decírtelo, pero no puedo.
James - Sabes que te quiero y que te ayudaré siempre, bueno te paso con Alexa.
- Vale - Oía como Alexa decía a James que cogiera a Gabi.
Alexa - Nat, esta tarde vamos de compras para la fiesta de Mackenzie.
- No...
Alexa - No tolero un "No" como respuesta, así que esta tarde vamos a buscarte a casa.
- Vale.
Alexa - Voy a decírselo a Susana y así vamos todas, bueno adiós.
- Adiós - Me colgó ella ya que yo fui más lenta en eso. Allí estaba aún Andrea, en el baño de mi habitación - ¿Qué pasa? no puedo más, mi vida cada vez es una mierda más grande.
Andrea - No digas eso - Sentía como rozaba mis rodillas con sus manos. Era tan real.
- Es la verdad, no puedo decir nada a nadie y eso es porque no se lo que me pasa y sólo porque tu no puedes decírmelo, porque Él, el gran Dios, lo ha prohibido.
Andrea - Yo solo puedo dar pistas a Logan, apoyarte para que no te rindas, guiarte pero nunca decírtelo.
- Déjame sola, sólo quiero estar sola, por favor.
Andrea - Si me necesitas sólo da tres palmadas y aquí estaré - Se desvaneció de mi vista borrosa por culpa de mis lágrimas que amenazaban salir. Me levanté de la cama y me empecé a vestir, decidí ponerme algo cómodo ya que conozco a Alexa y se que no estará conforme en ir a una sola tienda, así que me puse unos vaqueros, unas botas, una blusa, una chaqueta y el pelo con unas horquillas para quitármelo de la cara, pero dejando el pelo suelto. Bajé al salón, vi la guitarra, no era una guitarra cualquiera, era la guitarra que mi padre regaló a mi hermano mayor, pero éste al irse a la universidad me la regaló a mi. La cogí sin pensarlo dos veces y me senté enfrente de la chimenea en el suelo.
- Papá ojala estuvieras aquí ahora, te necesito.
? - Siempre estoy velándote pequeña - Giré la cabeza a donde provenía esa voz, era la misma que yo recordaba, era la de mi padre.
- Te he echado mucho de menos.
Papá - Cántame esa canción que tienes en el cuaderno que está escondido y olvidado en el fondo del cajón - Ese cuaderno no lo volví a tocar desde hacía mucho tiempo, creo que desde que mis hermanos se fueron, ellos son los que me apoyaban. Mi madre no sabía nada de ese cuaderno.
- ¿Cuál de todas?
Papá - La más hermosa de todas, la que cantabas con tus hermanos.
- Esa no puedo, ellos no están.
Papá - No importa, canta su parte y yo te acompañaré.
- Vale - Empecé a tocar la guitarra, era un poco lenta pero era especial, era nuestra. Hablaba de que aunque seamos diferentes siempre nos apoyaremos, que aunque estemos distanciados estaremos cerca, que aunque uno de nosotros falte nunca le olvidaremos y sobre todo hablaba de que eramos, eramos hermanos ante todo. Cuando terminé de tocar, unas palmas sonaban detrás de mí.
? - Que hermoso.
- Mamá, siento mucho...
Mamá - No Nat, esta es tu vida, te encanta la música y esa canción, esa canción me ha hecho pensar en tu padre y en todos vosotros.
- Mamá esta canción la compusimos nosotros, días después que papá falleciera, te la queríamos cantar pero dijiste que no. Y... ¿cuánto llevas ahí?
Mamá - ¿Y te acuerdas de ella? Llevo desde la primera estrofa que cantaste.
- Nunca se me olvida esta canción - Me levanté del suelo y la abracé.
Mamá - Me ha dicho Jairo que esta tarde tienes tarde de chicas.
- Así es.
Madre - Diviértete, pero primero comamos - Así hicimos, a las cinco estaban las chicas en mi casa, para ir de tiendas.
