Capitulo 17: Valeria

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     Pov Natalia:

     Nos fuimos de su casa cuando terminamos de entrenar. Nos despedimos de todos y del personal como todos los días.

     - Adiós, mañana nos vemos en la universidad.

     Susana - Encantada de conocerte y gracias por este trabajo.

     - Solamente haz lo que me dijiste, que harías lo que fuera para que tu hija sea feliz.

     Jairo - Nat vamos que sino tu madre me mata - Le miré y rodé los ojos.

     - Es verdad, me acuerdo del último día... Jajaj - Di dos besos a todos y salí de casa sin antes oír el comentario de Rosa.

     Rosa - Es mío - Sabía que se refería a James, ya que fue el último del que me despedí. Monté en el coche de Jairo y nos pusimos rumbo a mi casa pero por el camino vimos que la calle estaba cerrada con la cinta de la policía tan característica.

     - Espera, para aquí.

     Jairo - Está ahí mi madre.

     - Vamos a ver - Aparcó donde pudo y salimos del coche dirigiendonos a Paz.

     Jairo - ¿Qué ha pasado?

     Paz - Iros a casa, por favor, aquí no podéis estar - Observé la escena que estaba ante mis ojos. Una familia que habían venido a Los Ángeles para pasar unas vacaciones... ninguno de ellos podrá contar lo que han hecho en esta gran ciudad ¿O si? Había una señora con un vestido hasta las rodillas, un abrigo largo, con tacones, estaba a mi lado hablando a los de la ambulancia y a los policías pero nadie le hacía caso.

     - Hola.

     ? - ¿Me ves? ¿Me oyes? - asentí porque era verdad, estaba allí, delante - Me llamo Valeria, ésta es mi familia, estábamos volviendo de una boda.

     - Por eso tenéis estos trajes tan formales.

     Jairo - ¿Con quién hablas?

     - Con Valeria.

     Paz - Esa mujer desgraciadamente está muerta Nat, es aquel cuerpo - Me señaló uno de los cuerpos que estaban en la nieve, tiñéndola de rojo. Pero... ¿Cómo era posible que la pudiera ver? Ella era tan real.

     - ¿Puedo ir a ver?

     Paz - Eres igual que tu padre.

     - Lo se.

     Jairo - Te acompaño.

     - No mejor no - Me acerqué al cuerpo de la mujer. La cual se arrodilló delante de mi y le hablé con voz dulce y baja - ¿Qué pasó?

    Valeria - Mi familia y yo estamos volviendo de la boda de mi hermano pequeño, pero un camión se cruzó y no pudimos frenar.

     - ¿Cómo está el del camión?

     Valeria - Él está mal, pero vivo. Quiero decirle que nosotros estamos muertos pero que no se culpe, se que hizo lo imposible para parar el camión pero no pudo.

     - Vale, dime quien es - Se levantó y le estuvo buscando con la mirada. Después de un rato le encontró, desapareció de mi lado y se fue donde estaba él.

     Valeria - Es él, se llama Josué - Me estaba gritando. Me levanté de la nieve y fui hacia el hombre que estaba sentado en la ambulancia, muy preocupado. Los enfermeros no podía tranquilizarle.

     Paz - Nat, mejor no te acerques a él... - Me lo dijo cuando estuve casi a su lado, me lo dijo ya que nadie le había podido controlar.

     - Tranquila - Me senté a su lado e hice un gesto a los enfermeros para que me dejaran sola un segundo.

     Josué - ¿Eres familiar de ellos?

     - No Josué, no lo era.

     Josué - ¿Cómo sabes mi nombre?

     - Hace mucho tiempo supe que podía ver a las personas que están entre los dos mundos y puedo hacer esto ya que estuve yo también allí.

     Josué - Solamente quiero pedirles perdón, no era mi intención.

     Valeria - Díselo.

     - Esta aquí Valeria, la madre de esa familia. Ella se ha puesto en contacto conmigo y me ha dicho que sabe que has hecho lo imposible para parar el camión pero no has podido, no está enfadada, ni nada por el estilo.

     Josué - Dile que su hijo crecerá y será muy feliz, yo seré como su padre - Valeria fue hacia donde estaban los cuerpos y regresó donde estábamos nosotros.

     Valeria - Es verdad mi hijo no está allí. O sea...

     - Te puede oír.

     Josué - Valeria, tu hijo tiene solamente dos años y es huérfano por mi culpa. Le daré un futuro como vosotros se lo ibais a dar, le daré estudios, cultura, amor, amistad... Todo lo que por mi culpa vosotros no le podréis dar más.

     Valeria - Eres un hombre muy honrado, que Dios te bendiga, buen señor - Reproduje cada una de las palabras que Valeria había dicho.

     Josué - Gracias - Me levanté y le di un abrazo. Me acerqué a Jairo y a su madre como si no hubiera pasado nada.

     Paz - ¿Qué has hecho?

     - Nada, sólo tranquilizarle.

     Jairo - Ni los más profesionales han podido.

     - Tendré un don.

     Paz - Jairo lleva a Nat a casa que su madre me ha llamado antes.

     Jairo - Ahora voy - Nos dirigimos a casa y durante el camino no nos dirigimos ni una sola palabra.

     - Bueno, mañana te veo.

    Jairo - Adiós, mañana nos vemos - Salí del coche y entré en casa. Expliqué a mi madre porque había llegado tarde suprimiendo cosas y me fui a la cama sin cenar.

Cuando la nieve y el frio eran nuestros mejores amigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora