Capitulo 125: Corriendo a todos lados

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     Pov Natalia:

     Era ya el día de la boda, estaba nerviosa y eso que no me casaba yo. Me desperté pronto por culpa de la llamada de Jairo y James que hacían desde el teléfono fijo, el cual cogió mi madre y ella me despertó de mala manera, peor que Bea y ya es decir.

     - No os mato porque hoy toca boda que sino...

     James - Tranquila fiera, te llamamos ya que hemos tenido un problema.

     - ¿Qué ha pasado ahora? ¿Con quién tengo que hablar para que no se vaya?

     Jairo - Con el cocinero - Lo que me faltaba, lo más importante de una boda y va a fallar ahora.

     - Vale, me ducho y voy a mirar que ha pasado.

     James - Allí estaremos nosotros - Me levanté con pocas ganas y me metí en la ducha. Lo hice lo más rápido posible, pero cuando había una boda todos decían que lo importante era el amor que se tenían, pero yo iba por el restaurante... y ahora iba a fallar esa parte. Me quería morir.
Me cambié rápido, me puse unos leggins, zapatillas deportivas, una camiseta básica y una sudadera, quería ir cómoda a todos los sitios. Salí corriendo de casa cogiendo antes una manzana y el móvil. Y llegué al restaurante cansada, ya que estuve todo el rato corriendo. Ya estaban allí James y Jairo.

     - Ya estoy, a ver contadme.

     Jairo - Se ha puesto malo y dice que no hay más.

     James - Hemos llamado a otros y nada.

     - Joder y cocinar nosotros como que no... - Negamos los tres con la cabeza ya que nos acordamos de esa vez que cocinamos solos y ensuciamos toda la cocina, María no era ella, era como un tomate, estaba roja de furia. 

     James - Y a Carlos no le podemos llamar ya que se lo contaría a Kendall y este a Bea y se arma la de Dios.

     Jairo - Tiene que haber otra solución... Nat, en el orfanato hay cocineros buenísimos...

     - Ya... pero no querrán.

     James - ¿Por qué? Les prometemos que si sobra comida se la daremos a ellos o a alguien que lo necesite.

     - Vamos a ver pero no prometo nada - Salimos de allí y fuimos corriendo al orfanato, estaba a casi tres kilómetros pero nos daba igual, teníamos que solucionar eso. Entramos y estaban todos dormidos. Era pronto, así que dijimos a la recepcionista que íbamos a hablar con el cocinero y ella nos dejó hacerlo. Entramos a la cocina, pero nos dijo que no podía. Pero lo bueno que tenia a un primo que estaba en paro. Nos salvó la vida, así que le llamamos y nos respondió que si rápidamente. Me alegré muchísimo que tuviéramos ya cocinero. Quedamos con él en el restaurante donde se iba a organizar todo. Y le ayudamos un poco. Hasta que Bea me llamó ya que llegada tarde - Me voy luego nos vemos - Me despedí de ellos y me fui a la casa de Bea, como no corriendo.

Cuando la nieve y el frio eran nuestros mejores amigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora