Capítulo 30 - Acosadora

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No ames a un hombre que no admires,
porque amor sin admiración, es sólo obsesión.
Anónimo

—Ochako, hay que ver qué cosas tienes —dice la señora Midoriya inclinando la cabeza un poco hacia atrás y riendo refinadamente.

Qué cosa tengo no. «Dime si tengo novio, vieja». ¿No ve que soy una mujer desesperada sin una vida a la que aferrarse? Sonrío para que no crea que tengo un brote psicótico. Siento que mi sonrisa es maligna, pero no puedo evitarlo. Quiero la información, ya.

—Lo echas de menos, ¿no? Dos semanas son muchos días —dice sin dejar de sonreír, y gira la llave—. Que te vaya bien, bonita.

La mujer desaparece de mi vista cuando entra en su casa. Analizo la frase detenidamente. Yo estoy echando de menos a Katsura, ¿no? ¡Bien!

—No estoy loca, no estoy loca —canturreo mientras muevo los brazos y el trasero.

Me paro en seco, sigo teniendo un mal presentimiento. No es bueno celebrar algo de forma tan prematura. No quiero arrepentirme más tarde.

Pero, ¿qué puede irme mal?

Subo las escaleras silbando y entro en mi casa. Voy hasta el teléfono fijo y allí, a su lado, encuentro una tarjeta de visita. Junto al nombre de Katsura Bakugo, está su número de teléfono.

Marco el número de forma torpe. Al tercer intento, consigo marcar el número bien.

—Hola, guapo —digo con el tono más sensual que puedo pronunciar.

—Hola, ¿nos conocemos? —me responde secamente.

Esa voz es de Katsura, la reconozco a la perfección. Bueno, perfección compartida con su hermano, pero la cuestión es que es Katsura, sin duda.

No entiendo por qué parece que él no me conozca. Quizá esté molesto conmigo, quizá sabe que me he acostado con su hermano y quiere olvidarme por completo. O quizá estoy obsesionada con él; digo que es mi novio, pero en realidad no lo es.

Puede que sea una enferma, pero no. La vecina sabe que tengo novio y que lo echo de menos.

—Yo diría que sí —comento con un hilo de voz.

—¿Eres algún tipo de acosadora? —me pregunta, y al juzgar por su tono parece molesto con mi llamada.

Yo, Ochako Uraraka, estoy obsesionada con Katsura Bakugo. Me he creado un mundo paralelo al normal, en el que he llegado a creer que es mi novio. Dios, es tan degradante. Me quedo callada sin saber qué decir.

Noto que mis labios tiemblan y que todo mi mundo se derrumba. ¿Por qué me ha vuelto la cordura? Quizá estaba mejor en mi submundo. ¿Qué le puedo decir? Soy una acosadora, sí, pero dame una oportunidad.

—Ochako, cariño, esperaba que me siguieras el juego. Si no, es muy aburrido.

Mi corazón, que ha estado a punto de sufrir un ataque, se queda parado. Me quedo sin respiración.

—Estúpido —digo, y noto un nudo en mi garganta.

¿Voy a llorar? No, no puedo llorar. Me sorbo la nariz y respiro hondo. Tengo que estar feliz. Tengo un novio, es guapo y perfecto. Tengo un cuñado, es guapo y folla bien. ¿Qué más puedo pedir? Sí, dejar de ser una presa débil y en celo constante, pero la vida es dura.

¿Cómo puedo despertarme con tal inseguridad? ¿Cuánto me quedé dormida?

—Oye, tú me has llamado acosador en muchas ocasiones. Acosador, bipolar y más adjetivos, y nunca me lo he tomado a mal. ¿Qué te pasa? ¿Estás con el período?

Doble Tentación  -  KacchakoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora