TRES.

7K 852 409
                                    

Sus manos me tocan de una forma que no puedo explicar, cada roce de sus dedos hace temblar por completo mi cuerpo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sus manos me tocan de una forma que no puedo explicar, cada roce de sus dedos hace temblar por completo mi cuerpo. Retengo el llanto cuando el agarre de mi cuello se vuelve más fuerte, él no hace más que decir lo bien que me veo.

Es una pesadilla.

No es real, no es real, no es real.

Contengo respiración cuando me obliga a abrir mis piernas y bruscamente se deja caer sobre mi cuerpo, atacando mi cuello mientras intento que ningún quejido salga de mi boca.
El simple hecho de escucharme llorar podría hacerlo enojar y no quiero eso.

-¿dijiste algo, Jisung? -susurra en mi oreja. Niego rápidamente con la cabeza sintiendo sus fríos dedos meterse por debajo de mi ropa. -Tranquilo, vas a disfrutarlo.

No llores, no llores, no llores.

-No vas a olvidarte de mi.

Suelto un grito ahogado, aún sintiendo su fuerte agarre en mi cuello. Observo la oscura habitación que me rodea y comprendo que aún es de madrugada.
Tristes lágrimas salen de mis ojos mientras me hago bolita en la cama, no puedo dejar de llorar.
Mi pecho duele y todo a mi alrededor parece temblar.

Tal vez el que tiembla soy yo.

La luz se enciende rápidamente y la figura masculina reposada sobre el marco de la puerta me indica que no solo me ha escuchado, si no también que no puede dormir.
Probablemente sea mi culpa.

-¿Otra vez esa pesadilla? -dice Chris, caminando lentamente hacia mi cama y tomando asiento en ella.
Siento su mano posarse con cuidado en mi cabeza, haciendo leves caricias mientras me sonríe y pide que respire lentamente.
Chris lo sabía, él lo sabía absolutamente todo y por esa misma razón decidió que lo mejor era mudarnos. Lo hicimos...

... Miles de veces.

Tenía ese tono de voz que te obligaba a calmarte, tan dulce y comprensible que por unos segundos olvidaba la razón de mis lágrimas.

-Estas a salvo aquí, Ji.

Repité eso una y otra vez, quizás en un intento de que le crea. Pero los dos sabemos que probablemente no sea así. Si lo fuera, yo no podría quitar nunca más esa imagen de mi puta cabeza.
No importa cuánto intenté olvidar, sus ojos siempre vuelven a mi mente.

Que asco, me doy asco.

La madrugada transcurrió así, lenta y silenciosamente entre las cuatro paredes oscuras de mi habitación. A Chris no le molestó quedarse toda la noche dormido intentando calmarme.
Intenté dormir pero el sueño simplemente se había esfumado y permanecí despierto hasta que la alarma sonó.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
IN YOUR MIND [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora