SETENTA Y DOS

4.8K 749 257
                                    

Fueron segundos, segundos que se sintieron como horas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Fueron segundos, segundos que se sintieron como horas. Mi respiración se volvía lenta y mis ojos pesaban como nunca antes lo habían hecho.
Intenté abrir las ventanas de forma desesperada pero Bin las había cerrado por completo.
Cuando el ruido de su cabeza ya no atormentaba la mía me quedé completamente en blanco.

Mi corazón se detuvo, mis ojos se inundaron en lagrimas y entonces ocurrió lo esperado.
La pastilla había hecho su efecto y mis ojos se cerraron cuando caí en los brazos de Changbin.

No, Minho no puede morir...

Intenté comprender su odio, su rivalidad, no conocía su historia ni como diablos terminaron en ésta situación, pero Minho no merecía morir así. Changbin ni siquiera se inmutó, permaneció serio, sosteniendome en sus brazos mientras la poca voz que me quedaba rogaba por su ayuda.
Pero no lo hizo, no lo ayudó. Me miró sin ningún tipo de expresión y fue la sensación más extraña que había vivido, él nunca me había visto de aquella forma.

Sus ojos tan vacíos, tan llenos de nada como mi propia cabeza. Fue tan frío que comprendí en ese instante, que no importa cuantas veces se lo pida.

Changbin no movería un pelo por Minho.

No había pensamientos que escuchar, él simplemente estaba en blanco, ignorando absolutamente todo, me estaba ignorando a mí.

Changbin, el rebelde, el héroe de todos.

De todos, menos de una persona.

Mi cuerpo tiembla de solo imaginar que posiblemente me encuentre con el cuerpo de Minho tirado en el piso la mañana siguiente.

No, él no...

... no puede morir...

Cuando desperté lo peor ya había pasado. Creí, por un corto tiempo, que Changbin tuvo piedad, que pensó en alguien que alguna vez fue su mejor amigo. Me equivoqué.
Terminé viendo a Changbin salir en la mañana, con las cosas para ir a clases y sin ningún tipo de remordimiento.
En cambio yo, corrí hacia el patio delantero y giré hacia la izquierda, en busca de su cuerpo.
El frío me envolvió casi al instante, el día apenas comenzaba pero ya se aproximaba una tormenta. Mis emociones se volvieron así, una tormenta imparable.

El charco de sangre seguía ahí, seco, oscuro. Mi corazón dió un brinco y luego solo dejé de pensar.
Demasiada sangre frente a mis ojos, tanta que podría jurar que parte de ese enorme charco de sangre seguía fresco como el exterior de este día.

Como dije, demasiada sangre...

...pero ningún cuerpo.

pero ningún cuerpo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
IN YOUR MIND [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora