IN YOUR MIND [BORRADOR]

CIENTO DIEZ

Minho ha vendado su mano, por alguna razón cualquier roce que tiene provoca que la herida le duela aún más y claramente se nota en sus expresiones.
Es extraño, porque jamás se ha quejado por heridas ya que estas no duran tanto tiempo.

Pero a pesar de eso, la herida no le impidió hacer vida normal, por lo que estuvo todo el día entrenando en esa habitación oscura que utiliza para torturar a sus víctimas.
Yo, por otro lado, me ocupé de comer el intento de pastel que ha hecho, porque sí, Minho es un genio para la cocinar pero no para los postres y definitivamente el pastel se había quemado. Pero lo disfrute, bañandolo de chocolate y la crema que me quedó de las frutillas.

No puedo quejarme por eso.

Al día siguiente ambos nos encaminamos a clases en silencio, no es un silencio incómodo, es agradable, ninguno de los dos tiene nada que contar y aquello no es malo.

Nos separamos en el pasillo donde claramente llamamos—una vez más— la atención de todo el mundo.
Hay una extraña mirada entre Bin y Minho, pero como esas cosas eran normales en ellos solo lo dejé pasar.
Sin embargo, las miradas no se detuvieron en el almuerzo y eso resultó el doble de extraño.

—¿Qué le pasó a Minho en la mano? —pregunta Bin y su mirada se detiene en mi.

Su mirada ha cambiado.

—Se quemó.

«¿Se quemó?»

—¿Cuándo? —Bin parece notoriamente interesado en el tema.

—Ayer.

Su ceño se frunce.

«¿No sanó?»

«Imposible.»

—¿Crees que es raro que no sane aún? —Pregunto y sus ojos parecen abrirse un tanto curioso. —Porque yo si lo creo...

—¿Él te lo contó?—parece sorprendido. —Vaya... En serio eres importante en su vida. Minho te habría matado si lo descubrías.

Una tímida sonrisa se dibuja en mis labios. Descubrirlo fue extraño, pero solo duró unos segundos...creo.

—¿Es por eso que cuando cayó de tu balcón no te alarmaste?

Changbin suelta un suspiro recordando aquello.

—Lo siento por eso. —dice y aparta su mirada. — No quería tener que contarte eso, así que quise fingir como que nada había pasado...