IN YOUR MIND [BORRADOR]

DOCE

Había música por todos lados, ya era fin de semana y me gustaba la idea de seguir compartiendo este tipo de cosas con Changbin.
El grandote resultaba más simpático de lo que parecía. A simple vista da un miedo que te cagas, con todos esos tatuajes y sus músculos amenazantes.

Pero por dentro es un osito de peluche.

Algo había pasado en estos últimos dos días. Por alguna razón Felix se distraía fácilmente, no prestaba mucha atención y seguía ansioso esperando que algo ocurriera.
Sinceramente no sé qué ha hecho para estar así de perseguido.

Pero tampoco me dice nada...

Luego está Jeongin, quien guarda silencio todo el tiempo cuando Felix se acerca y quizás él sabe más de lo que aparenta pero no soy quien para andar preguntando.

Y Changbin, Changbin sigue en lo suyo, escabullendose por todos lados para divertirse un poco y no seguir siendo asfixiado en este pueblo de reglas absurdas.

Por supuesto, yo estoy de su lado.

Luego de divertirnos un buen rato, me decido por comenzar a caminar hacia la salida. Casi al instante Changbin me sigue.
Caminamos en silencio, su mirada se pierde en el cielo estrellado mientras yo lo guío para que no se choque nada.

A veces es un poco torpe.

Las calles están completamente vacías y me resulta más que extraño, ¿cómo es posible que siendo fin de semana nadie salga a divertirse?

Porque esta prohibido.

Suelto un suspiro, llamando la atención de Changbin.

—¿Pasa algo?—su tono muestra algo de preocupación.

—Sigo intentando entender todo lo que pasa —Muerdo el interior de mi mejilla— y Felix actúa muy raro.

Changbin frunce el ceño y casi al instante comienza a rascar su nuca, aparta la mirada tan rápido que me resulta sospechoso.

¿Qué es lo que sabes grandote?

—¿Hay algo que quieras decirme?

—Yo no sé nada de eso, Jisung. —Dice secamente.

«¿Felix quedó afectado?» Piensa y aparto mi vista para dejar de escuchar sus pensamientos.

Debería dejar de hacer eso.

Por más curiosidad que tenga, no tengo derecho a saber de esas cosas de esa manera. Si a Felix le pasaba algo entonces cuando esté listo va a decirme.
Me detengo en seco, viendo al enorme perro correr hacia nosotros. Changbin también se detiene, me toma de la muñeca con fuerza y sé que está listo para correr en cualquier momento.

Sin embargo, yo no soy capaz de moverme, es el mismo perro de la última vez y otra vez trae esa pelota en su boca.

Supongo que no lo imaginé después de todo.