OCHENTA

4.6K 710 451
                                    

Nos pusimos tan intensos con los besos que terminamos poniéndonos cómodos sobre la alfombra y así, damas y caballeros, nos quedamos dormidos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nos pusimos tan intensos con los besos que terminamos poniéndonos cómodos sobre la alfombra y así, damas y caballeros, nos quedamos dormidos.
Desperté acurrucado en su cuerpo, usando su brazo como almohada mientras él me rodea con sus brazos. Su respiración es calmada pero pronto parece acelerarse.
Su ceño se frunce, se relaja y vuelve a fruncirse. Hay un pequeño temblor en su cuerpo mientras los párpados de sus ojos cerrados hacen un extraño movimiento que me desconcierta.

Está teniendo una pesadilla.

Despierta, sin mi ayuda y sin causar mucho espectáculo, solo abre sus ojos y me ve, supongo que mi expresión es demasiado notoria la preocupación ya que él me regala una sonrisa relajada.

—Buenos días. —Murmura y cierro mis ojos ante el cálido beso que me deja en la frente.
Me aferro más a su cuerpo, sintiendo su calor y sin ganas de levantarme de la dichosa alfombra.

Va a dolernos todo el cuerpo.

—Jisung.

Hm.

Pasa sus dedos por mi cabello, mientras pone su mentón sobre mi cabeza.

—Prométeme que no irás a ese lugar, prométeme que no te pondrás en riesgo.

Suelto un suspiro, su pecho sube y baja con calma mientras yo sigo pensando mi respuesta.
Quiero, deseo encontrar a Seungmin y mi hermano, anhelo volver a verlos, sanos y salvo.

—No puedo prometerte eso.

—Jisung. —Su voz suena como una advertencia. —No quiero que te maten, intentaré encontrar a tu hermano y a Seungmin pero...por favor, prometelo, promete que te quedarás quieto y no harás nada que pueda provocar tu muerte.

Me aferro más a él, sintiendo sus fuertes brazos abrazándome más fuerte contra su pecho. Parece que de cierto modo ninguno de los dos quiere alejarse el uno del otro.

—Está bien —digo finalmente. —Lo prometo.

Deja salir un suspiro, como si estuviera esperando aquella respuesta desde hace tiempo.
Ninguno de los dos dice más nada, permanecemos así durante unos largos minutos más hasta que recordamos que debemos asistir a clases - o al menos yo me preocupo por eso.
De todas formas, la respuesta que le había dado a Minho ni siquiera me convencía,  no me sentía seguro sabiendo que había prometido no hacer nada.

Pero confío en él...

Por favor, encuentralos.

Confío en ti.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
IN YOUR MIND [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora