SESENTA Y CUATRO.

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Nos mantuvimos en silencio desde que llegamos a casa

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Nos mantuvimos en silencio desde que llegamos a casa. Minho no ha hecho ninguna pregunta y yo prefería mantenerme callado.
De igual forma sus pensamientos eran demasiado ruidosos y ya comenzaba a enterarme de todo lo que pasaba por su cabeza.

Sin embargo, no dije nada.

Él vuelve a pasar la esponja con cuidado por cada una de mis heridas mientras pone atención a mis expresiones, está demasiado centrado en no provocarme dolor.

¿Cómo es posible?

¿Cómo puede ser tan delicado y tan bestia a la vez?

¿Era este el mismo Minho que asesinaba a sangre fría a gente que rompía simples reglas tontas?

¿Era el mismo Minho que apareció ensangrentado en mi habitación?

Vuelve a abrir la llave del agua caliente, llenando toda la bañera mientras yo estoy hecho una bolita dentro. Lo veo ponerse de pie y salir del baño sin decir nada.

«La cena... La cena.»

—No tengo hambre. —murmuro, creyendo que podría escucharme desde la planta baja.

«Jisung debe comer, debo hacer algo de comer.»

—No tengo hambre. —vuelvo a repetir, quizás un poco más bajo, he vuelto a esconder mi rostro entre mis rodillas.

«Debes comer.» dice y un escalofrío recorre mi columna.

¿Él me ha escuchado?

No, me estoy volviendo loco.

«Tomate tú tiempo, yo estaré en la cocina.»

No tengo hambre. Sigo repitiendo en mi cabeza una y otra vez.

No tengo hambre.

«No te estoy preguntando.»

Levanto con lentitud mi cabeza, cerrando la llave del agua en cuanto veo que la bañera está lo suficientemente llena.
Minho definitivamente podía escucharme, pero no sólo mis susurros, incluso mis pensamientos.

¿Puedes oírme, bestia?

Hay un largo silencio, hasta que escucho sus pasos en la planta baja, se mueve de acá para allá con lentitud y segundos después lo escucho subir las escaleras.

—Puedo oírte, Ardillita.—Se deja caer sobre el marco de la puerta, dándome una cálida sonrisa y cruzándose de brazos.
Tiene los ojos cansados, probablemente por mi culpa.

¿Cómo? ¿cómo es posible?

¿También puedes leer mentes?

Una tierna risa sale de sus labios y no puedo evitar quedarme viéndolo unos minutos más.

IN YOUR MIND [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora