IN YOUR MIND [BORRADOR]

UNO

Había cruzado miradas con él quizás unas cinco veces en lo que va del día, era extraño, sin duda un chico demasiado callado. También noté de inmediato su poco interés en los estudios.
Su mirada se perdía en el paisaje del otro lado de la ventana en todas las clases que nos tocaban.

Yo también me perdía mirándolo.
¿Y quién no?

Como decía, desinteresado de todo...

El primer día sin duda resultaba un desastre, había tropezado saliendo de casa y terminé cayendo en un charco de agua sucia. Un estúpido compañero me volcó algo de café en mi camisa y además de eso, terminé llegando tarde a clases.

Con lo que amo llamar la atención...

La bienvenida no había sido de lo más cálida, los comentarios sobre mi aspecto no se hicieron tardar. En realidad no era necesario escucharlos, podía leer sus mentes sin ningún problema.

Aunque hubiera sido mejor no hacerlo.

Contuve la respiración cuando miles de pensamientos ajenos golpearon mi mente, aturdiendome y distrayendome de la clase.
Eran pensamientos al azar, como si esta persona tuviera miles de cosas que hacer y el simple hecho de olvidarse de una lo pusiera nervioso.

Su mente era muy ruidosa, eso hizo que mi atención en la clase se perdiera y terminé-inconscientemente- chocando miradas con el dueño de todos esos pensamientos.

Incómodo.

Su cabello es un desastre, de color castaño oscuro y despeinado. Algunos mechones largos caen sobre sus ojos, me provoca unas inmensas ganas de peinarlos hacia el costado.

Le sostuve la mirada durante unos largos minutos pero ninguno de sus pensamientos hablaba de mí, es más, seguía pensando en miles de cosas que debía hacer mientras su ceja se enarcaba en mi dirección. Al parecer no se había percatado de que ambos nos estábamos mirando, solo resultó una simple coincidencia.
Su postura es despreocupada, con su cuerpo inclinado hacia atrás y el ceño ligeramente fruncido.

Todo un chico malo.

Que puto cliché.

Cualquiera que lo viera por primera vez creería que está enojado. Yo aparto la vista unos segundos despues ya que él parece entretenido con su punto fijo.
Cuando la clase terminó fue el primero en salir, dejando caer una caja de lápices que nadie se atrevió a tomar.

¿No hay alguien amable en este lugar?

Tomo la caja de lápices en mis manos y me dirijo hacia el pasillo, intentando encontrar nuevamente su rostro entre la multitud.
Muerdo el interior de mi mejilla, estoy nervioso, normalmente no suelo hablar con mucha gente y el simple hecho de cruzar palabras con alguien desconocido me daba ansiedad.

¿Dónde estás?

Me sentí el doble de nervioso cuando miles de miradas se posaron en mi, evité leer sus pensamientos mientras todos estaban atentos a lo que estaba a punto de hacer.