IN YOUR MIND [BORRADOR]

OCHENTA Y CINCO

Este capítulo es de la noche en la que Minho y Hyunjin se conocieron.

Disfruten.

—Debes alejarte de él —Sigue diciendo Changbin. Su tono de voz se vuelve frío, casi recuerdo la última vez que me habló de ese modo.—Alejate de Jisung.

Podía hacerlo, podía dejar a una pobre ardillita desamparada con miles de preguntas y ningún tipo de respuestas. Era capaz de romper su corazón sin ningún problema.
Pero no quiero hacerlo.

—¿Por qué debería?

—Tu sabes por qué.—responde.

Nos quedamos en silencio durante unos minutos, supongo que ambos sabíamos a la perfección las razones. Y quizás tenga razón, quizás deba alejar a la ardillita de mi.

Cuando me doy cuenta de que solo estoy perdiendo mi tiempo con Changbin, decido que es momento de irme.
Bajo de su balcón y comienzo a caminar por la oscura calle, escuchando unas pequeñas pisadas detrás de mi que son demasiado obvias.

¿Quién se atreve a respirar siquiera cerca de mí?

Me detengo en seco, escuchando una respiración jadeante y cansada, como si me hubiera estado siguiendo hace tiempo.

Vaya... Así que me encontró...

Miro sobre mi hombro para encontrarlo a unos cuantos metros de mi, su pecho sube y baja con rapidez y puedo ver la pequeña navaja en su mano. Su cabello rubio está mojado por la fina llovizna, su tes blanca hace resaltar sus carnosos labios y es entonces que lo sé.

Ja, realmente está aquí.

Que huevos.

Así que este es el famoso Hyunjin.

—Jisung... —Susurra y un gusto agrio se posa en mi boca al escucharlo decir su nombre. —Él...me pertenece.

Me imaginaba a la pequeña ardilla en una situación horrible para cualquier persona, rogando por su vida y pidiendo a gritos que se detuviera. De repente he dejado de sentir, no escucho la lluvia a mi alrededor, solo mi puto corazón acelerado.

Quiero matarlo, quiero asesinar a Hyunjin.

—¿Él también abrió sus piernas contigo? —Pregunta en un tono divertido y aquello solo me hace enojar aún más. —Entiendo, Jisung tiene esa... ¡Maravillosa! capacidad para seducir a la gente.

¿De qué demonios habla?

¿Qué mierda está diciendo?

Ya no puedo escucharlo hablar, saco la navaja de mi cintura y corro hacia él, cortando parte de su brazo y abdomen. Él tampoco se queda atrás, mueve su mano de aquí para allá en un intento de alcanzar mi cuerpo con su cuchillo.