VEINTIUNO

5.6K 828 440
                                    

Me incorporé en la cama, olvidando por completo mi aspecto y viendo como la masculina figura camina a paso lento por mi habitación

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me incorporé en la cama, olvidando por completo mi aspecto y viendo como la masculina figura camina a paso lento por mi habitación.
Su ropa está empapada, gruesas gotas de agua caen de algunos mechones de su cabello y debo de admitir que es lo más hot que han visto mis ojos.

Al principio sí me morí del susto. No es normal ver a una persona de pie frente a la puerta del balcón. Un escalofrío me recorrió pero no dije nada durante unos segundos.
Que este aquí me hace sentir confundido.

Maldito Lee Minho.

¿Por qué debía ser tan ardiente?

¿Vino a matarme?

Muerdo el interior de mi mejilla, sintiéndome nervioso por primera vez en estos últimos días.
Es la primera vez en la semana que siento algo que no es asco y ganas de matarme.

¿Por qué está aquí?

¿Cómo entró por el balcón?

¿Cómo sabe donde vivo?

—¿Qué haces aquí?—Me atrevo a preguntar. Realmente me da igual si me mata o no.

Se detiene en seco, a los pies de mi cama mientras posa sus manos sobre ella, inclinándose hacia adelante. Las gotas de lluvia se deslizan sobre su lindo rostro.
No dice nada, pero su mente me da todas las respuestas que necesito.

«... No sé...»

«...Estaba...preocupado...eso creo»

—¿Sabes que esto es ilegal y que podría llamar a seguridad?

Sé que a Minho le importa una mierda todo eso. Pero decirle aquello me hacia sentir un poco más seguro.

«Que idiota...»

«Por supuesto que lo sé»

Vuelve a incorporarse, me da la espalda y comienza a caminar nuevamente hacia el balcón. Inconscientemente me he acomodado en la cama para tener mejor vista de él.
Por unos instantes creo que va a irse, pero se detiene frente a la ventana, mirando hacia afuera la lluvia y yo lo contemplo a lo lejos.

La poca luz del exterior ilumina su perfecto perfil. Es aterradoramente hermoso debo de decir.

Mamita santa, este hombre no puede ser real.

Lleva sus manos a los bolsillos delanteros de su pantalón. Por un instante temo que saque algún arma.

—No fuiste a clases—dice bajo, apenas puedo oírlo—Y quería verificar si estabas bien.

¡¿Qué acaba de decir?!

No puedo creer tal cosa.
Seguramente había planeado mi asesinato durante estos días y como no fuí a clases todo su plan se fue al carajo.

IN YOUR MIND [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora