IN YOUR MIND [BORRADOR]

DIECISÉIS

La noche del viernes se había vuelto más divertida desde que Felix aceptó venir con nosotros al callejón. Por obvias razones no estaba convencido del todo pero ya había aceptado así que no le quedó de otra que ser arrastrado a ese lugar.

Hiupi

Sus manitos se aferraron a su vestimenta mientras se quedaba parado en una esquina viendo como Jeongin, su amigo ejemplar, se volvía otra persona en ese lugar.
Sus ojos se abrieron sorprendidos cuando-una vez más- el menor del grupo comenzó a repartir besos a todos ahí.

Pobre Felix, vivió engañado toda su vida.

Changbin llegó a su lado, compartiendo su vaso de bebida con el pecoso y viendo como este lo miraba un poco desconfiado.

Aunque vamos, Bin nunca podría hacerle daño.

Unos minutos después ya lo veía más relajado, abrazado al cuerpo del grandote mientras dejaba reposar su cabeza sobre el hombro de este mismo.
Era una imagen tierna, Felix parecía un niño, un niño que no tenía idea sobre lo que pasaba en el exterior y que Changbin estaba ahí para cuidarlo de absolutamente todo.

¿Quién para...?

¡¿Yo y quién?!

Esa noche volví solo a casa, y realmente me gustó la idea de caminar de regreso solo. Recordé muchas cosas de mi noche mientras me escabullia entre las paredes de las casas vecinas para evitar ser visto.
Hice picar la pelota en el suelo, llevaba días con ella en mi abrigo, esperando poder encontrarme con Sirius en algún momento de la semana. Pero eso simplemente no pasó.

¿Dónde estás amiguito?

Y como si lo hubiera invocado, Sirius apareció entre la oscuridad de la calle, corriendo salvajemente hacia mí. No puedo evitar ponerme de cuclillas para recibirlo en mis brazos y así comienza a lamer mi rostro.

Es asquerosamente tierno.

Le doy su roja pelota y él la toma sin problema, poniéndose en dos patas y dándome dos ladridos.

No entiendo...

—Te está dando las gracias—El frío recorre todo mi cuerpo cuando su voz hace cosquillas en mi nuca. Me limito a permanecer inmóvil durante una eternidad.
No hace falta ser muy inteligente como para saber que está pegado a mi espalda. Es aterrador, es como saber que tu asesino está justo detrás de ti, esperando pacientemente a que te des la vuelta para darte un susto de muerte.

Creo que ensucié mis pantalones.

Muerdo con nerviosismo mi mejilla mientras siento las piernas temblarme.
No era la primera vez que tenía a Minho cerca, pero si era la primera vez que lo encontraba solo y cerca.

Eso es escalofriante.

Chris, no me esperes vivo.

Minho va a matarme.