SETENTA Y CUATRO

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Me tambaleo del baño a la habitación, tropezando con mis pies y cayendo sobre la alfombra, los chicos se ríen mientras yo también suelto una risa

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Me tambaleo del baño a la habitación, tropezando con mis pies y cayendo sobre la alfombra, los chicos se ríen mientras yo también suelto una risa. La misma se borra al instante en que veo el balcón de la casa de enfrente. La figura parece verme fijamente con sus brazos cruzados sobre el pecho, hay un poco de luz que me avisa de quien se trata e inconscientemente he llamado la atención de todos.

—¿Algo pasa Ji? —Pregunta Jeongin e inmediatamente niego con la cabeza.
Vuelvo a actuar normal, volviendo a mi lugar pero sintiendo sus ojos sobre mi el resto de la noche.

¿Qué hace aquí?

¿Qué debo hacer?

Ningún pensamiento ajeno me llega.
Espero unas horas más, viendo a Felix quedarse dormido sobre Changbin mientras este juega con su celular, Jeongin se ha quedado dormido hace tiempo, así que aprovecho eso para ponerme de pie y avisar que iré por un poco de agua.

Por favor que Changbin no baje, por favor que Changbin no baje, por favor que Changbin no baje.

Salgo de la casa en silencio, sintiendo el alcohol dificultarme las cosas y dirigiéndome a la que en algún momento fue mi casa, como era de esperarse, la puerta está abierta de par en par y yo no tardo en cerrarla detrás de mi.
Quizás fue un error haber salido de la casa de Changbin sin avisar y más si me estaba cuidando, pero no quería molestarlo con algo tan tonto como esto.
Subo las escaleras con rapidez y me encuentro con la figura aún parada en la puerta del balcón, sigue de brazos cruzados mientras su pecho sube y baja.

Me estaba esperando.

—¿Qué haces aquí?—Pregunto en un murmullo. Él parece moverse de lado a lado pero ese solo es otro efecto de todo el alcohol que ingerí.

Que...

—¿Te divertias? —Pregunta en voz baja.

Ladeo la cabeza antes de contestar.

—No del todo.

Una risa sarcástica sale de sus labios.

Demonios.

—No lo parecía.

Frunzo mi ceño, viendo lo desastrosa que se ha vuelto mi habitación y camino a paso lento hacia la cama, sigue igual que como la dejé. Mis piernas no pueden permanecer quietas, así que opto por sentarme.

—Has bebido—Dice en voz alta, como si yo no tuviera idea de eso. —Y también has dejado que meta su lengua en tu boca.

Ah.

Así que ese es el problema.

Tiro mi cuerpo hacia atrás, apoyándome con los codos sobre la cama y viendo como se gira a verme.

Estás celoso.

—Si, lo estoy.

Abro mi boca un tanto sorprendido, Minho siempre negaba algunas cosas, me toma por sorpresa su respuesta pero me mantengo en calma.
Camina en mi dirección y se detiene frente a mi, aún con sus brazos sobre el pecho.
Mi corazón va tan rápido que apenas puedo respirar. No estoy seguro de si es por el alcohol o porque es uno de los efectos que causa Minho en mí.

IN YOUR MIND [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora