IN YOUR MIND [BORRADOR]

SETENTA Y NUEVE

Todo da vueltas. No he bebido tanto pero mi tolerancia al alcohol prácticamente no existe.

—¿Qué soy para ti?—Pregunto inclinandome hacia adelante, colocando los codos en mis muslos mientras tengo a Minho sentado del otro lado de la sala, bebiendo su bebida.
Si, creo que ambos queríamos beber, pero no sabíamos que ocurriría si esto llegaba más lejos, así que creímos que era buena idea mantenernos lejos por el momento.

—¿A qué te refieres? —Da otro sorbo a su bebida.

Quiere que sea más específico, tiene una sonrisa egocéntrica en sus labios. Sabe a lo que me refiero pero le gusta que lo diga.

Será hijo de puta.

—Te escuché.

Hago oídos sordos, bebiendo de mi bebida e intentando ocultar el nerviosismo de mi cuerpo ante su intensa mirada.Cruza una pierna por encima de la otra, tirándose hacia atrás y colocando sus brazos detrás de su cabeza.

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—¿No vas a responder?

No te escucho, no te escucho, no te escucho.

—Ya me olvidé qué pregunté.

Minho pone sus ojos en blanco pero no insiste,  he descubierto que él no es esa clase de persona, seguramente si insistía un poco más lo hubiera dicho todo, pero él no es así.

Él no es yo.

—¿Qué buscaban Changbin y tú hoy?

Me muevo en mi lugar. Evito su mirada.

—Creí que lo sabías.

Por supuesto que lo sabe, pero— nuevamente—quiere que lo diga.

Y no, no lo haré.

—¿Sabes el peligro que corres si sigues metiéndote donde no te llaman?

—Lo sé—Entrelazo mis dedos—pero eso no va a detenerme.

—Eres un maldito suicida.—murmura negando con la cabeza. —me cansaré de salvarte.

Ese es el problema entre nosotros dos.

—Me salvas como si yo te lo pidiera, y no Minho, no lo hago.—Mi mandíbula se tensa.— Si sabes que éste es mi suicidio, ¿por qué sigues insistiendo en salvarme?

No puedes salvar a alguien que no quiere ser salvado.

«Es una buena pregunta.»

Su voz retumba en mi cabeza, sus ojos no me miran, está pensativo, probablemente ni siquiera se ha dado cuenta de que lo he escuchado.

—Solo intento...

El sonido de mi celular sonando lo interrumpe, el nombre de Changbin aparece en pantalla y no puedo evitar soltar una risita.
Seguramente está demasiado preocupado por mi.
Pero por desgracia aún sigo vivo.