SETENTA Y CINCO.

4.7K 676 289
                                    

Me despierto sobresaltado, sintiendo mi cuerpo sacudirse por culpa de las manos de Felix

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me despierto sobresaltado, sintiendo mi cuerpo sacudirse por culpa de las manos de Felix. Lo miro un poco confundido, no sé qué pasa al principio hasta que me doy cuenta de que me he quedado dormido en el piso.

¿Qué demonios?

Estoy aturdido, por lo que me tomo el tiempo de mirar a mi alrededor para comprobar donde estoy.

—No quería despertarte—dice el pecoso— pero será mejor que te acuestes en la cama o mañana te dolerá todo.

Estoy un poco confundido, aún sintiendo los labios de Minho sobre mi cuello y sus manos recorriendo mi cuerpo desnudo, pero claro, como era de esperarse, todo fue un sueño.
Recordaba el sonido de nuestros gemidos en lo que en algún momento fue mi habitación.

Mierda, tuve un sueño húmedo con ese loco.

¿Qué está pasando conmigo?

Siento mis mejillas arder, sintiéndome algo avergonzado frente a Felix a pesar de ser yo el que lee mentes.
Termino recostadome en la cama, sintiendo mi cuerpo frío y anhelando volver a retomar el sueño en donde lo dejamos. Pero claro, eso no pasó y a la mañana siguiente solo desperté un poco más desilusionado de que aquello no haya sido real.

El área norte de la ciudad es mi destino, esa misma que tiene las calles oscuras y miles de viviendas sin habitar,  el mismo lugar donde sólo una casa es ocupada y claro, se trata de Minho

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El área norte de la ciudad es mi destino, esa misma que tiene las calles oscuras y miles de viviendas sin habitar,  el mismo lugar donde sólo una casa es ocupada y claro, se trata de Minho.

¿Por qué vine a verle? quien sabe.

Tal vez fue el estúpido sueño, tal vez, quizás, fue mi cabeza queriéndome decir algo. Aún no estoy seguro.

Golpeo la puerta con cierta timidez y unos minutos después él abre sin ningún tipo de expresión en su rostro. Puedo imaginar su voz preguntándome de mala manera qué diablos hago aquí, pero él no dice nada, deja la puerta abierta y se gira mientras acomoda sus guantes de látex y se encamina hacia alguna otra parte de la casa.

Extraño, pero no cuando se trata de Minho.

Lo sigo, viendo la casa hecha un desastre y a Sirius relamiendose las patas en la alfombra. Inclina su cabeza al instante en que me ve y unos segundos después corre hacia mi para que pueda acariciarlo.

IN YOUR MIND [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora