CINCUENTA.

5.1K 841 479
                                    

Me incorporo casi al instante, empujando su cuerpo hacia atrás y viendo como se queja con sus ojos cerrados mientras deja que mis manos lo toquen por encima de la ropa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me incorporo casi al instante, empujando su cuerpo hacia atrás y viendo como se queja con sus ojos cerrados mientras deja que mis manos lo toquen por encima de la ropa. No puedo respirar con normalidad mientras veo la sangre salir de algunas heridas.

Minho también sangra...

Nunca lo había visto herido...

—¿De qué hablas Minho? ¿qué pasó?

Quiero convencerme de que no es real, nada de lo que ocurre es real.

Suelta otro quejido cuando se quita la camiseta y vuelve a dejarse caer sobre la cama, su respiración se ha calmado mientras veo los profundos cortes en su pecho y abdomen.

Mierda.

Es mucha sangre.

«¿Creíste que iba a irme y dejarte desprotegido?»

No me atrevo a mirarlo, mis manos tiemblan sobre su caliente piel.

—Ese hijo de puta y yo nos encontramos hace una hora, parece que estaba esperándome para asesinarme.

Como si eso fuera posible...

Muerdo con fuerza mi labio.

—¿L-lo mataste?—Mi voz tiembla.

Hay un silencio abrumador a nuestro alrededor, sus ojos me miran y puedo jurar que veo arder al mismísimo infierno en ellos.

—¡¿Estas preocupado por él, Jisung?!—Grita.

Me sobresalto. Cierro mis ojos con fuerza antes de responder.

—N-no, yo no dije...—Mi pecho sube y baja—¡¿Lo mataste?!

—Por desgracia no—Bufa.—Ese hijo de puta va a estar un buen tiempo recuperándose de la paliza que le dí.

Me mantengo en silencio, no es la primera vez que veo a Minho sin ropa, pero es la primera vez que le prestaba la suficiente atención. Había cicatrices notorias por todas partes, las heridas recientes escurren sangre a la vez que manchan las sábanas de mi cama.

Él también tiene cicatrices.

Su mano se aferra con fuerza a mi muñeca cuando me pongo de pie.

«¿a donde vas?»

—Por el botiquín, necesito curar tus heridas.

—Tu también estás herido. —dice en un murmullo. No entiendo a que se refiere hasta que ha levantado su mano y ha pasado uno de sus dedos por mis labios.

Efectivamente he mordido tan fuerte mi labio que los he partido ligeramente.

Dios...

Paso mi lengua sobre este, restandole importancia mientras evito a toda costa su mirada.

IN YOUR MIND [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora