1945. Ya nada había ayudado en lo próximo del año, se estimula que ya se estaría por rendir. Pero, al parecer no estaban en lo cierto.
Los hermanos estaban ya hechos "mierda", pues, aparte de que al parecer Bielorrusia se había terminado contagiado de alguna otra epidemia que había en la zona. Pues, a lo mejor era así, no se sabía como tal.
Habían hecho un amigo, nada menos que un soldado alemán de la zona, no hablaban mucho, pero si se pasaban información y eso. Pues, ese soldado sabía que ellos no tenían la culpa de lo que pasaba, y lo único que hacían era, perder el tiempo, inculpándolos de cosas que no tenían la culpa.
El soldado con nombre de Armin, él cuál mostraba piedad por los dos hermanos del soviético. Con simpleza, lo hacía con sigilo, si lo pillaban, estaría muerto, y más.
Odio estar aquí. - dijo la bielo. - Enferma.
Tranquilízate, te vas a mejorar. - sonrió. - Deja la negatividad.
No es negatividad, es la verdad, estoy enferma, y posiblemente me muera. - respondió. -
Claro que no. - rió. - Supones cosas locas.
Te ríes de la verdad, eso es divertido. - sonrió. - ¿Y Armin?
En su trabajo como siempre. - suspiro. -
¿Nos vendrá a ver? - pregunto. -
Es casi imposible. - respondió. - Tiene que hacerlo con cuidado.
¡Maldito alemanes! - dijo en susurro, mientras daba un estornudo. - Perdón.
Tranquila. - acarició su cabeza. -
Me alegro de que al menos estés aquí. - soltó una sonrisa. -
Yo también me alegro de que estés aquí. Esto ya no tendría sentido. - dijo el ruso, viendo a la nada. -
Tienes razón, al final. Vamos a salir pronto, ¿No? - dijo. -
Supongo. - respondió. -
El ruso y la bielorrusa ya no tenían la misma fé, simplemente, decían que todo estaba bien, y que iban a salir, cuando era mentira. ¿Por qué?, porque ya no tenían oportunidades de salir de un lugar como lo era el campo.
Muchos soldados morían, al igual que personas inocentes, pagando los platos rotos. Gente que ni es de Alemania como tal, estaba ahí. Resulta que Reich es una barbaridad, logro sorprender a todos.
Ya no cuento con Italia. - dijo el nazi. -
¿Ahora qué pasó? - pregunto el japonés. -
Se unió al bando de los aliados. - suspiro. -
¿Es una broma? - pregunto. -
No. - dijo. - Ya está, vamos a perder.
No, no. ¡Vamos a perder cuando yo muera! - dijo. -
Es admirable tu estúpido ego, pero está vez, ya creo que no será de urgencia. - suspiro. -
¿Te vas a rendir así de fácil? - pregunto asomando su espada. -
Tocara. - hablo. -
Media Europa, ¿Te vas a echar para atrás? - pregunto de nuevo. -
Exacto. Y no hace falta recordar mis logros pasados. - hablo. - Pero no es necesario ya.
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" Hermanos Especiales."
FanfictionEl camino se separó. Ya no estoy, y no estaré. Sabes las consecuencias, Pero aún así lo haces.