Treinta y ocho.

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El ruso movió con energía a su hermana, notando que está no se movía, se percató si respiraba cosa que no paso. Las dos personas que los habían ayudado les dejaron dinero, antes de dejarlo en la frontera, ya que ellos dijeron que no podían seguir, por una sanción y unos cargos que se les dieron a ellos.

Vamos niña, esto no es una broma. - dijo el ruso. - Despierta por favor.

El ruso decía, mientras veía que no obtenía respuesta de la contraria, cosa que hizo preocuparlo más. Así que sólo le quitó el tubo y comenzó a hacerle primeros auxilios, notando que su hermana no respondía, se desespero.

Maldita sea... Dime qué estás jugando. - dijo. - No seas mala.

El ruso tenía sus ojos con lágrimas, mientras veía a su hermana, la cual aún tenía sus ojos cerrados. Suspiro, mientras se tiro al suelo, y simplemente comenzó a llorar.

Esto no hubiera pasado si hubiera tenido sus malditos medicamentos. - dijo. - Todo esto es mi culpa. - pauso. - Con razón.

El ruso empezó a llorar, mientras veía el cadáver de su hermana ahí, la tomo de la mano, y simplemente siguió llorando, pues, debía continuar, pero no podía seguir, más si su hermana ya no estaba dando signos de vida.

Así mismo, se levantó con pocas fuerzas, y cargo a su hermana, mientras comenzó a caminar con el cadáver en manos de su hermana, soltaba lágrimas, pero aún así, seguía.

Cuando estuvo en un pueblo, escuchaba murmullos respecto a ellos dos. "¿Su hermana estaba muerta?", "¿Revivieron?", "¿No habían muerto?", cosa que en esos momentos le importaba una mierda a Rusia, sólo quería llegar a su casa, y poder darle un funeral honrado a su hermana.

Cuando estuvo frente al palacio, entro con lágrimas. Ignoró a todos ahí, y sólo fue a la oficina del mayor. Cosa que estaba organizando unas cosas y un festín por ganar la guerra y por la muerte del nazi.

Señor, señor. - entro corriendo una chica. - Disculpe, pero sus hijos.

¿Qué? - pregunto. -

Rusia y Bielorrusia. - suspiro. - Ellos. - dijo con su respiración más allá. -

¿Ellos qué? - dijo más centrado. -

Están aquí.. - soltó. - Per-..

La chica fue interrumpida por el mismo soviético, él cuál salió de la oficina y fue rápidamente a buscar a sus hijos, le pregunto a un general de la zona, cosa que lo condujo donde estaba Rusia.

Rusia, hijo. - dijo con una sonrisa. - Tanto tiempo.

El ruso no respondió, mientras tenía su mirada perdida en el suelo, estaba sentado, apoyando sus codos en sus piernas. Estaba más serio de lo que era.

Rusia... ¿Estas? - se acercó. -

¿Ah?, ¿Padre? - pregunto. -

Sí, él. - respondió. -

¿Te enteraste? - pregunto de nuevo. -

¿Sobre qué? - pregunto. -

Bielorrusia... Ella... - paro. -

¿Ella qué Rusia? - pregunto con seriedad. -

En el campo... Nada fue fácil, y más cuando atravesamos las epidemias.. - hablo. -

Creo que ya me hago una idea. - dijo. -

" Hermanos Especiales."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora