Cuarenta y cuatro.

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Ya iban mínimo para 7 meses de la pérdida de Bielorrusia. Rusia por su parte no mostraba mejoría en sí, simplemente seguía "fingiendo" que estaba bien y había podido salir de su trance... Pero, ¿Como decía que todo era mentira?

No quería decepcionar a nadie, tampoco asistir a un médico o psicólogo, aunque fuera lo mejor. Trataba de evitar aquellas ayudas, ya que él decía "No necesito nada, estoy bien."

¡Oh!, Rusia.. - Dijo el chino. -

Hola, China. - respondió. - ¿Cómo estás?

Muy bien, ¿Y tú? - sonrió tras la pregunta del contrario. -

Igual. - sonrió. - ¿Qué te trae por aquí?

Vine hacer unos negocios con tu padre. Me alegro de que estés bien. - soltó un suspiro. -

Oh, ya veo. Ven te acompaño hasta la entrada de su despacho. - dijo. -

El chino asintió, mientras siguió a Rusia por la casa. Viendo fotos familiares.

¿La extrañas? - pregunto viendo los cuadros. -

Y no sabes cuánto. - respondió. -

No hace falta ocultar que estás mal. - dijo. -

Estoy bien. Ya te había dicho. - negó con su cabeza, y una sonrisa. -

Eso haces creer. - respondió al final. -

El ruso se quedó inquieto por saber el por qué sabía eso. Así que aceleró el paso, para llegar a la oficina de su padre. Al estar en la entrada, escuchó el "Rusia, puedes acudir a mí, si estás mal.", para luego tocar la puerta.

¿Ah?, pase. - dijo. -

Con permiso. - hablo el chino. - ¿Cómo estás? - dijo entrando a la oficina. -

Normal, ¿Y tú? - pregunto organizando unos papeles. -

Muy bien. - pauso. - Me alegro de que... ¿Estés normal? - dudo. -

Igualmente. - suspiro. - ¿Rusia?

¿Eh? - dijo confundido. - ¿Sí?

¿Qué haces aquí? - pregunto. -

Oh, él me acompaño hasta aquí. - sonrió. -

Ah, ya veo. En fin, ¿Puedes irte? - hablo. -

Ehm... Claro. - dijo y se fue. -

Entra y cierra la puerta. - ordenó. -

Como digas. - cerro la puerta. -

Se formó un silencio, mientras el chino se sentaba en frente del soviético.

Tu y yo, sabemos que no venimos a hacer negocios. - soltó el soviético. -

Lo sé. - pauso. - ¿Cómo han estado de lo que pasó con Bielorrusia?

Si te soy sincero... Estamos mal. - respondió. - Aunque eso... Es más con Rusia. - hablo. -

¿Tenían una relación fuerte? - pregunto. -

Muy fuerte. - suspiro. - Ellos prácticamente estuvieron juntos desde que ella nació. - pauso. - Por eso mismo, es que le duele. - dijo. -

Entiendo... ¿Has buscado ayuda para él? - pregunto de nuevo. -

Se niega asistir. - respondió. -

¿Cómo estás tú? - lo miro. -

Igual... - respondió. -

¿Cómo que "igual"? - dijo confuso. -

Me dio algo duro su muerte, pero, no para ponerme a llorar. Simplemente estoy bebiendo de más. - le respondió. -

Eso tampoco es bueno. - hablo. -

No lo sé. - respondió. -

" Hermanos Especiales."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora