Cincuenta y dos.

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No fue mi culpa, déjenme.. - pidió el ruso. -

¿Vas a llorar? - preguntaron entre risas. -

N-No. - respondió. -

Lo estaban molestando por la razón de no haber llevado la tarea, aunque estaba ocupado en los entrenamientos que su padre hacia, y pocas veces en su estudio.

Mira niño, sé quién es tu padre, y no me importa. - pauso. - Quiero mi tarea hecha para mañana.

¡S-Si! - dijo. -

S-Si... - lo imitó. - Idiota.

Ya lo habían molestado mucho por el día de hoy, tenía ya miedo, tenía pocos amigos en la escuela. Los únicos más cercanos que tenía, era a sus hermanos. Pero, también por eso lo molestaban. Falta de amigos siendo el hijo de alguien importante.

Rusia y sus hermanos no eran de los que eran populares por su fama, o por su familia, simplemente los tomaban como alguien "normales", aunque para algunos niños, no les era normal verlos, incluso para adultos. Pero no podían expulsarlos, ya que eran los hijos de URSS, y seguramente les quitaría los órganos, si se enteraba que sacaban a algunos de sus hijos de la escuela.

Al final, nunca importó si estábamos bien o no. - dijo. - De todos modos, para todos somos un bicho raro. - suspiro. - ¿De verdad somos eso?

Asintió para su misma pregunta, mientras sentía la punta de la navaja por su cuello.

Todo lo que me ha pasado... Ha tenido sus cosas tristes. - dijo. -

El ruso ya estaba en su límite, o se tomaría así. Recordando cada cosa mala.

Incluso en ese puto campo no te pude ni siquiera proteger. - dijo. - Sabías..

Mientras recordaba miles de cosas, sus sentimientos se mezclaban entre sí, sin saber muy bien que pasaría. Así que lo único que hizo, fue seguir... "¿Por qué ahora todos me dicen "lo siento"?, ¿De qué mierda me va a servir?", se preguntaba, mientras apretó la navaja.

Sólo te quieren por el potencial, eso siempre ha sido así... - respiro hondo. - Nadie te va a querer por lo que sientes. - hablo, mientras se acostaba en la cama. - Acaba con esto, ya.

El ruso nuevamente colocó la navaja en su garganta, y fue presionando levemente.

¿Debería dejar una carta? - se preguntó. - ¿A poco la leerian?

Igual... Siguió presionando ya con algo de fuerza, mientras sentía el dolor invadir de nuevo su cuerpo, ignoró eso, y siguió presionando, hasta sentir como algunas gotas de sangre recorrían por aquel cuello, así que no se detuvo y continuó.

Suspiro hondo, sacando aquella navaja, mientras mira a la habitación, ya estaba viendo algo borro, por ende, ya tuvo la oportunidad de hacerse otro corte más en su garganta... Se levantó, mientras veía las diversas gotas de sangre caer al suelo, paso su mano por su garganta, y mirando la cantidad de sangre que salía mediante su mano.

Rió, mientras tomo de nuevo la navaja, y está vez, sin pensarlo, enterró aquella navaja en su cuello, mientras cerro sus ojos, comienzo a toser un poco el cual tenía algo de sangre. Así que no se quejó ni nada.

"Al final, mi abuelo y tú me hubieran regañado... Ahora estaré con ambos.", pensó sintiéndose muerto ya por fin. Seguía sintiendo como la sangre recorría su cuerpo con total rapidez. Volvió a suspirar, mientras no supo más a conciencia de lo que pasaba al rededor suyo.

" Hermanos Especiales."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora