Cuarenta y seis.

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El estado de Rusia había decaído más que un "montón", USA ya había descubierto en cierto punto sobre la falsedad que colocaba cuando se hablaba del tema, así que no fue muy creíble para él. Más conociéndolos, ya que en realidad, bueno, es USA.

A veces... - dijo el ruso. - A veces soy bueno en el juego.

¡Rusia!, ¡Te he ganado cinco veces! - dijo el kazajo. -

Tu haz perdido cinco veces. - dijo. -

¡Perdí dos veces!, ¡No seas tramposo! - dijo. -

Ya, ya, ya. - respondió. - Ya sé que perdí cinco veces. - hablo soltando una risa. -

Ajá... - dijo. - Una bromita que me hizo enojar. - rió. - Siempre sabes cómo hacerme enojar.

El ruso y el kazajo tenían una relación no como la de bielo, pero si eran unidos un poco. Ya que cuando eran pequeños, prácticamente estuvieron juntos en todo, haciendo que tuvieran una puerta relación, por así decirlo.

Estaban jugando cartas, y Rusia en cierta parte, era bueno, sólo que estaba algo desubicado. Dándole una victoria a lo que es su hermano, pero no del todo dada, simplemente tenía algo de suerte que se confundiera de cartas.

En ese momento, Rusia aceptaba sus derrotas, y se sentía feliz de que no hubiera una apuesta en intermedio o jugarán como lo hacían casi siempre, apostar. Cosa que Rusia se quedó sin dinero después de haber hecho una compra de un juguete que vio por ahí, que a los pocos días, se le termino dañando.

¿Intensificamos el juego? - pregunto el kazajo organizando las cartas. -

Man, no tengo dinero. - respondió. -

No hablo de dinero. - sonrió. -

Somos hermanos, y no soy gay. - le dijo. -

De eso no, idiota pervertido. - lo miro con diversión. - Apostar cosas, ya sabes.

¿Qué tipo de cosas?, mi masha no. - dijo. -

No tarado, o bueno, si. Pero yo me refiero a apostar que uno haga las cosas del otro. - hablo. -

Siento que es un truco para que yo hagas tus tareas. - aviso. - Pero dale.

El kazajo no tenían malas intenciones, o eso se creía. Aunque en realidad quería dejarle el trabajo duro a Rusia y él hacer lo poco, cosa que lo favorecía en ellos. Mientras Rusia estaba preparado, ya que no quería perder, pues claro. Era Kazajistán, entonces haría algo muy humillante.

Ya habían estado jugando por unas cuantas horas. Y habían conseguido un empate, cosa que no se acordó que hacer, así que hizo a Rusia más feliz, y al Kazajistán más triste. No se haría nada por el empate.

Uh, nunca creí empatar. - dijo el kazajo. - Pensé que iba a ganar.

Pues no te iba a dejar. - sonrió. -

Igual de siempre. - hablo. - A Bielorrusia si la dejabas ganar.

Cállate. - le dijo. -

A lo que el kazajo de inmediato de percató de la seriedad de su hermano, al escuchar el nombre de su hermana, se asustó. Ya que no sabía si iba a hacerlo conocer lo que es Dios. Pero no quería ya. Así que sólo se calló y espero a que su hermano cambiará ese rostro de seriedad que tenía. Para ir hacer otra cosa en hermanos.

" Hermanos Especiales."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora