Cuarenta y dos.

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El ruso había estado saliendo de su cuarto y de su casa, por obligación de su padre. Aunque en realidad, no quería ni salir, ya todos saben porque.

Los aliados habían estado visitándolos, mientras le daban condolencias a Rusia, pero Rusia negaba a eso. Pues, se veía débil, aunque era inevitable estar débil, ya porque le había afectado bastante la muerte de su hermana.

El ruso ya no sabía que hacer o qué creer, no podía cargar con la tristeza que cargaba... Además, de que no encontraba la forma viable para decirle a su padre que también estaba enfermo, pues, sabía que él estaba ocupado en otras cosas, y sus hermanos le dirían que fuera a ver a su padre.

Así que sólo trataba de ocultar el hecho de que estaba enfermo, o estaba empezando de nuevo a surgir esa "enfermedad".

Mierda... Me duele el cuerpo. - dijo mientras trataba de levantarse. -

Se quejó mientras intentaba levantarse de aquella cama, se levantó de aquella cama, mientras sentía que el cuerpo le temblaba, simplemente se negó. Suspiro, y comenzó a caminar con dificultad.

Agh... - dijo. - Dolor de mierda. - volvió a decir. -

Bajo a la sala, observando el lugar con detenimiento, aunque lo miraba con diferencia y cambiado, a pesar de que todo estaba normal, él lo veía diferente, no sabía el porque lo veía así. Sólo se acercó al refrigerador, lo abrió y tomo una botella de agua que había ahí.

Tenía el nombre de "Kazajistán", así que sólo le varios mierda, y tomo de la botella igual. Estaba sediento, así que sin pensarlo tomo toda el agua de la botella, pensó que se iba a molestar, pero tampoco fue de mucha importancia. Capaz, le compraba otra y ya.

Sintió unos pasos detrás de él, lo cual hizo que se colocará tenso y con miedo. Tragó saliva esperando a que lo regañarán, o le pegarán.

Rusia... ¿Qué haces a estas horas despierto? - pregunto la Estonia. -

Yo... Tenía ganas de tomar algo. - dijo. -

Ah, ya veo.. Procura no hacer mucho ruido. - dijo. -

¿Y qué haces aquí? - pregunto. -

Pues,la verdad todas las noches vengo a comer algo. - sonrió. -

¿No te basta? - pregunto de nuevo. -

No, no. - miro a su hermano sonriente. - Ya hablando así... ¿Tienes novia?

Ojalá. ¿Y tú? - le devolvió la pregunta. -

Si, o eso creo. - respondió. -

¿Es? - pregunto. -

Finlandia. - respondió buscando algo en el refri. -

Uh... - dijo. - Nunca creí que tuvieras gustos así de "buenos" - ironizó. -

La verdad es que si. Pero, mira el lado bueno, es buen chico... - pauso. - A su manera.

Viste. A su manera. O sea, casi nunca. - dijo. -

O sea, si, y no. Ya que la verdad buenos modales si tiene. - sonrió. -

Y malos también. - rió con dolor. -

Púdrete... - dijo riendo por lo bajo. - Más de lo que estás.

" Hermanos Especiales."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora