Dirty Dancing

25. Silencio

Me encontraba irremediablemente perdida por Harry Styles.

Y ese idiota no hacía otra cosa más que rechazarme y evitarme y negarse a descubrir el cuidado y cariño que podía ofrecerle. De pareja, de amantes o simplemente amigos... él no quería nada.

Empezaba a hartarme.

Naomi me había recordado sobre mi "manía" de obsesionarme con muchachos "malos" por "reparar". Me había dicho que Harry era uno de ellos: perdido y roto. Mi instinto no me permitía dejarlo solo y rendirme con él, pero al mismo tiempo mi dignidad o consciencia o sentido común me gritaba que él no quería ser ayudado realmente y solo terminaba menospreciándome y tratándome como mierda.

Y dolía porque, aunque sabía que solo estábamos jugando a tener sexo cuando tuviéramos ganas y de vez en cuando coqueteábamos y nos burlarnos del otro, sabía que Harry era un buen hombre, me lo había demostrado con los pequeños detalles sobre su actitud con sus padres, su preocupación por el dinero para la operación de su papá, al cuidarme cuando manejo sola hasta casa, incluso cuando me animó cuando me sentía insegura sobre mi cuerpo ese día en la piscina.

Harry no era malo, solo era un idiota terco y orgulloso.

—¿Te veo más tarde? —Zack me preguntó a la vez que cerraba su casillero.

Lo ayudé a acomodar la toalla alrededor de sus hombros que le secaba el sudor de su frente y nuca mientras él se colgaba su bolso.

—Llevaré un postre —asentí.

—¿Para mí o mis papás? —Sonrió.

Le devolví el gesto sintiendo mis mejillas quemar.

La mala persona era yo por estar ilusionando y jugando con Zack así.

—Serán dos, entonces —convine.

Sus labios besaron los míos con dulzura y una ola de mariposas inundó mi estómago. Su mano me acarició la cintura rápidamente antes de tomar mi mejilla con suavidad para apartarme.

—A las siete. No llegues tarde —advirtió.

Sacudí mi cabeza en afirmación y Zack me sonrió una vez más para después salir del salón. Suspiré en silencio inconscientemente viendo su espalda alejarse por el pasillo. Cuando todos los alumnos se fueron del salón, tomé una profunda respiración para prepararme y enfrentarme al profesor Styles.

Cerré la puerta y me di media vuelta encontrándome a Harry al otro lado del salón con la espalda recostada contra la pared, el cabello suelto, la cabeza ligeramente inclinada hacia abajo y mirándome sobre su toalla blanca, secando su cuello del sudor.

—Entonces vas a conocer a los padres del delincuente hoy —sentenció.

Había oído su voz demandante durante toda la clase dando indicaciones, pero que ahora lo haga solo para mí me ponía nerviosa y a la vez me emocionaba.

—Sí, dicen que quieren conocer a la chica de la que habla todo el tiempo —contesté intentando oírme relajada—. No lleva a una chica a casa desde hace 4 años, así que...

No me había dado cuenta de que me había acorralado a mí misma contra la puerta, congelada e intimidada por su eminencia.

—Tierno —dijo—. Entonces va en serio. ¿Ya te pidió ser su novia?

Lo observé un momento sintiendo mi estómago revolverse. Sabía que me estaba interrogando para ponerme en aprietos, pero en el fondo él decía la verdad.

—No, supongo que es algo instantáneo —solté tragando mi nerviosismo—. O quizá lo haga más adelante, o nunca... no sé, solo estamos viendo.

—Solo están viendo —repitió con una sonrisita burlona.