Dirty Dancing

8. Coqueteo

Skylar's POV:

Este tiempo sola el fin de semana me había servido para aceptar el hecho de que me gustaba Harry Styles.

Lo supe cuando el viernes por la noche me dormí pensando él y el sábado me levanté agitada por otro sueño húmedo con el profesor. Por la tarde, mientras hacía tareas, me desconcentraba imaginando escenarios en donde él me acorralaba en su oficina y me besaba sin control. Esa noche lo busqué en redes sociales.

Para mi asquerosa suerte, tenía su perfil en privado, así que no pude ver ni una foto que me estimulara a dormir. Sin embargo, el domingo a la misma hora se me prendió el foquito y busqué a su mamá. La señora Natasha Styles tenía un instagram abierto con algunas fotos de su familia, incluyendo a Harry.

Básicamente robé las fotos de su madre en donde salía Harry desde que tenía veinticinco años. El hombre había madurado como el vino. Así, teniendo la foto más reciente de hace tres meses de una fiesta por Halloween, admirando sus ojos, su cabello, su bella sonrisa y sus brazos al descubierto, me toqué pensando en él y nuestra noche juntos.

¿Se sintió sucio? Mucho, culpable. ¿Pero volvería hacerlo? Esperaba que no. La próxima vez quisiese que fuese él quien lo haga por mí.

Ahora, en mi mañana del lunes, estaba a punto de caerme dormida en mi clase de Humanidades. La profesora Longori hablaba sobre cómo los jóvenes nos habíamos vuelto dependientes del teléfono móvil.

—Es por eso que les tengo un proyecto que valdrá como calificación extra, aunque dudo que alguien quiera perderse esta oportunidad —la mujer hablaba delante del pizarrón en blanco—. Este viernes, la clase de ciencias del profesor Cosmil, no sé si lo conocerán, se irá de excursión al bosque, a la reserva de Eastwood.

Oh, un paseo.

—He visto aquello como una gran oportunidad de que ustedes se conecten con la naturaleza, sin celulares, escuchen al profesor Cosmil y al final hagan un pequeño ensayo de lo aprendido —continuó—. Así pueden salir de la rutina y relajarse.

El viernes era el último día de ensayos con el profesor Styles antes del sábado para la noche de talentos. ¿Podría hacerlo? Una calificación extra no me vendría mal en esta clase.

Algunos toques en la puerta del salón sobresaltaron a todos los alumnos casi dormidos como yo. Me encontraba en la columna pegada a la ventana, era casi la última en la fila. Me gustaba sentarme atrás; así los maestros no veían tus libretas.

Los tacones de la profesora Longori castigaron el piso camino a la puerta.

—Casi me olvido —ella rió quedito—. A nuestra excursión nos acompañará otro maestro. El profesor Styles se ha ofrecido voluntariamente a ayudarnos con el orden y cuidado de todos los alumnos, ya que seremos bastantes.

¿Ella dijo el profesor Styles o me estoy quedando sorda?

Sin una pizca de sueño ahora, me removí en mi asiento y estiré el cuello para lograr ver el inicio del salón. Ahí, cuando la profesora abrió la puerta, Harry entraba con joggers grises, una playera blanca sin mangas y el cabello suelto por sus hombros.

Oh, bendito sea Dios.

No exagero cuando digo que medio salón, sobre todo las muchachas, jadearon al verlo. Aquello me llenó de celos, pero también sentí algo de orgullo al saber que yo era especial... o eso me gustaba creer. Apreté mis manos a los bordes de mi mesa y clavé mi mirada en él quien sonreía triunfante, muy consiente de sus encantos.

—Buenos días con todos —dijo—. Soy el profesor Styles, profesor de danza... he visto algunas de sus caras ya. No recuerdo sus nombres, pero...

Y el salón rió.