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*Advertencia!! Capítulo con contenido altamente explícito. Por favor, leer bajo su propia responsabilidad.

Skylar's POV:

Llegamos a HELL a las once de la noche. Harry no me había querido soltar ni una palabra de la sorpresa que nos tenía. ¿Lo que más me sorprendía? No había traído su maletín de siempre, ese que contenía los juguetes sexuales que a ambos nos encantaba.

—Odio que todos te miren —gruñó en mi oído mientras me colocaba delante de él e ingresábamos al club apretándonos entre la gente.

—Tranquilo, Styles... —canturreé una advertencia.

Sus manos se aferraron a mi cintura pegándome a su pecho con posesividad a la vez que lanzaba una mirada de muerte a todos alrededor.

—Este vestido está muy corto, pero te ves jodidamente caliente. Voy a romper un par de quijadas hoy.

Decidí ignorar su posesividad y rodar los ojos. El aire acondicionado finalmente golpeó mi rostro cuando ingresamos al local y dejamos atrás la fila de espera en la calle húmeda. Las luces rojas oscurecieron el ambiente y lo volvieron sexy, realmente un infierno mientras "Sweat" de ZAYN sonaba por el lugar, condenando a todas las almas presentes a menearse de manera sensual con sus compañeros de baile.

—¿Un trago? —me ofreció.

Asentí pisándole los talones hacia el bar. Al llegar, Harry hizo una seña con su mano al bar tender que el joven entendió de inmediato, al parecer un lenguaje que los trabajadores tenían allí, y por supuesto, que Styles sabía.

—¿Ya me dices qué haremos? —insistí.

Harry apoyó su antebrazo en el bar y creó un pequeño espacio libre de gente para que yo me arrinconara contra él y el mármol, protegiéndome con su cuerpo.

—Deja de ser tan impaciente, mujer —regañó—. Déjate sorprender.

—Sabes que odio las sorpresas.

—Odias esperar; no las sorpresas.

Fui callada cuando dos tragos color rojo fueron plantados en la barra delante de nuestros ojos. Una cereza flotaba encima de la bebida, por lo que supuse que sería algo dulce. Y así fue. Al probarlo, un suave tequila era acompañado de un jugo de granadilla y durazno.

Un pequeño gemido de satisfacción salió de mis labios después de saborear los primeros tragos.

—Esto está riquísimo —halagué.

—¿Verdad? Se llama "Beso al sol".

—¿Y quema? —bromeé.

Styles soltó una carcajada.

—Qué boba.

Su mano se enroscó en mi nuca enredando sus dedos por mi cabello para atraerme a su rostro y besarme. Sus labios se sintieron fríos y dulces por la bebida.

—Uy, sí quemó —molestó con una sonrisa sobre mi boca.

—Ni que fuera el sol.

eres mi sol.

Y me besó de nuevo.

Creí fielmente esos segundos que el trago había venido con algo, ya que la calentura en mi vientre había empezado a bajar por mis piernas, excitándome. El calor que emitía su rostro tan cerca, nuestras narices rozándose, la punta de su lengua acariciando la mía, su aliento golpeándome...

—Niña... —su voz ronca me advirtió a la vez que sus manos me empujaban unos centímetros lejos de su cuerpo—. Acabamos de llegar, no podemos comernos la boca tan pronto.

Dirty DancingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora