2. Celos

932 80 246
                                        

Skylar's POV:

¿Él estaba bromeando? Dirty Dancing era mi película favorita de todos los tiempos. Me sabía cada coreografía de cada escena... aunque jamás había tenido la oportunidad de bailarlas con alguien.

Algunos de mis compañeros intercambiaron miradas. Yo salí de la sombra del profesor y me junté de regreso con mi mejor amiga. En sus ojos había curiosidad por saber qué había pasado hace un minuto en su oficina, pero de eso le contaría luego.

—¿Esa es la película de la canción "I've Had The Time Of My Life", ¿no? —un muchacho soltó.

—Correcto —Harry lo apuntó—. El asunto es que a esta clase se les ha dado la oportunidad de participar en un concurso —contó—. Un concurso internacional evocado por el mismo alcalde de Nueva York.

—¿Y qué hacemos nosotros concursando en una competencia de Estados Unidos? —una joven preguntó.

—Saben que nuestra universidad es una de las más prestigiadas del mundo. —El profesor sonrió—. Solo son diez universidades en juego y solo una pareja puede salir representando a la institución.

Se me tensaron los músculos. Lucía como una competencia comprometedora y de alto rango. Iba a ser difícil.

—¿Y cómo vamos a conseguir pareja? ¿Cómo vamos a decidir quién va a representar a Cambridge? —otra alumna inquirió cruzándose de brazos.

El profesor Styles suspiró y cambió su peso de una pierna a la otra. El pecho se le infló con la acción y me estremecí intentando recordar cómo se veían sus abdominales y sus tatuajes debajo de su playera.

—Voy a prepararlos para una competencia a nivel institucional en dos semanas... —Styles contestó. Sin embargo, antes que pueda continuar, mi mejor amiga lo interrumpió:

—¿Solo dos semanas? —Se escuchaba preocupada. Y para qué mentir, yo también me había angustiado por tan poco tiempo proveído.

—Son bailarines muy bien capacitados ya. Pueden aprenderse una rutina en una sola clase —El profesor recitó con solemnidad—. El que crea que no es lo suficientemente competente simplemente puede decidir no competir, pero estarían perdiéndose la oportunidad de sus vidas.

Los nervios me quemaban la garganta como una bola de fuego.

—¿Qué ganas con el concurso en Nueva York? —quise saber.

Sus ojos verdes me encontraron al instante, como si ya reconociese mi voz de donde sea.

—El ingreso al elenco de Broadway —me respondió—. Convertirte en una bailarina profesional en solo un chasquido de dedos y empezar a presentarte en escenarios frente a miles de personas cada noche.

Pasé saliva. Eso era un gran premio. Era todo lo que quería en mi carrera. Quería bailar por el mundo... y Broadway siempre había sido mi sueño de niña. Musicales, cantar, bailar y actuar. Era un pase rápido, pero muy complicado de conseguir.

—¿Entonces tendremos como una noche de talentos entre nosotros? —El tal Carlos inquirió.

—No estamos en la secundaria, Calum. Lo que haremos será una competencia prestigiada a nivel universitario donde todos sus compañeros verán un pequeño musical dirigido por mí, por supuesto... Unos jurados reconocidos vendrán a evaluarlos y seleccionarán a los dos elegidos para competir en Nueva York.

El salón se quedó mudo, inquieto.

—Eso suena como una noche de talentos. —Tuve que soltar.

La mandíbula de Styles se apretó en mi dirección. Era inevitable no ponerme en contra de las personas solo por diversión, a veces.

Dirty DancingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora