Skylar's POV:
No habían monos en la costa.
Realmente pensé que la suerte se iba a burlar de mis amigas, Zack y yo y nos íbamos a encontrar con Harry en HELL.
Gracias al cielo, se nos dio la afortunada sorpresa de que él no estaba aquí. Aunque bueno, ¿para qué vendría, no?
Más temprano mientras Styles y yo ensayábamos, hablábamos de temas al azar. Por ejemplo, lo complicada que había sido mi clase de logística. Él me contó que ayer había preparado espagueti con albóndigas y casi se le queman. Nos reímos de eso.
Jamás habíamos hablado sobre nuestros pequeños detalles rutinarios.
—Creo que me haré un nuevo tatuaje —me dijo al hacer un descanso para tomar agua—. "NY" cuando vayamos a Nueva York. Aquí, en mi hombro.
Le alcé una ceja.
—Qué creativo.
No habíamos discutido en las dos horas de entrenamiento. No se había mencionado lo que teníamos, no se había hablado de Zack, ni de nosotros, ni de sexo, ni hubo coqueteo... parecía como si fuésemos... amigos.
Fue condenamente raro, pero se sintió bien pasar un buen rato con él. Sin embargo, noté en ambos algo: las miradas. No eran como antes, no cargaban deseo prohibido. Ahora eran más como de nostalgia. Esa mirada que le das a alguien por videollamada cuando vive lejos y la extrañas.
Me reproché por estar pensando de esa manera en Harry. Ahora estaba con Zack, las cosas iban increíbles con él. Harry y yo habíamos decidido tomar diferentes caminos y así se quedarían las cosas. Eventualmente lo superaría.
Styles se despidió de mí con un beso en la mejilla y un "escríbeme al llegar a casa". Le mandé un mensaje cuando aquello ocurrió y luego me concentré en mí para arreglarme para la salida a HELL. Me coloqué unos jeans azules y un top plateado con copa que me salvó de usar brasier. Terminé el look con unos tacones del mismo color que al final me dejaron unos milímetros más alta que Zack.
Naomi llegó por mí a las nueve de la noche con Crystal y otro amigo de ella llamado Pete. Luego los cuatro fuimos por Zack y nos dirigimos a HELL. En el auto decidimos colectivamente que, para que todos nos podamos emborrachar sin culpas, uno debía tomar el cargo de conductor de regreso y ese sería Pete.
Así, muy jodida por mi situación con Styles y frustrada porque me estaba costando como el infierno olvidarlo, consumí medio bar junto a Zack. Las siguientes dos horas se basaron en tragos, baile, carcajadas y más tragos.
No podía ni hablar con claridad.
—Y- y entonces, iba caminando por el pasillo y entré por la puerta al salón ciento dos —le balbuceé a Zack con la mirada perdida—. Y ¡ay! No vas a creer... me había equivocado de salón. Un chico muy, muy, muuuy lindo me ayudó a encontrar- encontrar mi salón. Se llamaba Julio, creo... ay, bien simpático Juan...
Zack soltó una carcajada dándole una palmada a la barra de mármol. Creo que él estaba tan ebrio como yo.
—¿Tan lindo como yo? —murmuró.
—Dios, no... tú eres perfecto. —Inhalé profundamente tomando sus mejillas entre mis manos—. Eres tan guapo... ¿me darías un beso?
Zacarías volvió a reír de manera tonta. Los párpados parecían pesarle. Se inclinó sobre su pecho y me besó con frenesí. Su mano escaló de la barra a mi brazo y de mi brazo a mi mandíbula. Me acarició y pronto su lengua invadió mi boca.
—¿Quieres bailar? —me preguntó.
Mi respuesta fue ponerme de pie. Me había acalorado, las mejillas me quemaban. Tomé su mano y lo llevé a la pista de baile. Pronto el show de bailarines comenzaría a media noche y aquel recuerdo de Harry sin camisa bailando en la noche de mi cumpleaños inundó mi mente.

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Dirty Dancing
FanfictionElla me torturaba tres días a la semana con esos ojazos color miel, con sus provocadores labios carmesí, con sus preciosas piernas largas y perfectas, con la voz más sensual, y la sonrisa más coqueta que había visto en mi vida. Skylar Ford era la te...