Dirty Dancing

49. Fantasmas

Parte 1/3 de maratón! <3

Skylar's POV:

Harry no había hablado más de diez palabras en las últimas veinticuatro horas.

Me pidió que lo deje en su casa ayer que salimos del hospital. Jordi se encargó de todos los trámites de la cremación de su esposa, y se negaron a un velorio, por lo que todo fue "rápido".

Aunque insistí en quedarme con él por la noche, notaba en su voz el cansancio y en su cuerpo las ganas de estar solo. No me quería en ese momento, así que lo dejé. Lo dejé ser y vivir su dolor como quería.

Hoy jueves, aprovechando que era mi día libre de clases, le mandé un mensaje temprano. Le dije que iría por él para ir a recoger las cenizas de Natasha. Respondió un simple "OK".

Compré café y donas en el camino y llegué a su casa antes de las diez de la mañana. Jordi me recibió en la puerta con un intento de sonrisa.

—No ha salido de su habitación desde que llegué anoche a las nueve —me informó—. No quiere hablar.

Suspiré silenciosamente y le prometí con la mirada que haría mi mejor intento para animarlo un poco. No permitiría que se pierda a sí mismo de nuevo, Natasha me lo había pedido.

Subí a su habitación con la bandeja de su desayuno en una mano. Toqué la puerta suavemente y pegué mi oreja a la madera buscando oír señales de vida.

—¿Ángel? —llamé.

Nada.

—Traje donas.

Oí ligeros movimientos que me hicieron saber que se estaba levantando.

—Compré también el café con chocolate que nos gusta, les pedí que le agregaran cre-

Fui interrumpida por el señor Harry Styles cuando abrió su puerta y se personificó en traje negro y camisa blanca. Bien vestido y peinado, aunque con cara de pocos amigos y sueño.

—Hola —soltó—. Me voy a lavar la cara y desayunamos, ¿hm?

Fruncí el ceño cuando pasó por mi lado y se perdió por el pasillo hacia el baño. Me quedé atónita unos segundos hasta que reaccioné y le pisé los talones.

—¿Por qué estás de elegante? —quise saber—. No es que me queje, pero...

Harry acababa de enjuagarse el rostro de la espuma del jabón.

—Saldremos —dijo.

—¿Por las cenizas?

—No. —Se enderezó y tomó una toalla para secarse—. A la notaría.

Alcé una ceja, confundida, pidiéndole así que se explicase. Harry apretó la toalla contra su piel un rato hasta que exhaló con fuerza y finalmente me miró y dijo:

—Vamos a ver esos papeles para el matrimonio.

El corazón se me detuvo por un segundo y tuve que sostener con más fuerza la bandeja en mis manos para no dejarla caer.

—¿Por... por qué? —Carraspeé—. ¿Por qué cambiaste de opinión?

Harry suspiró apartando la mirada. Luego, volvió a pasar por mi lado de regreso a su habitación.

—Mamá ya no está —lo escuché a mis espaldas por el pasillo—. No hay nada que me ate a Inglaterra.

Giré sobre mis talones, aunque no avancé ni un centímetro. ¿Entonces ahora sí quería casarse, mudarse e irse a otro continente conmigo? No me malententiendan, sí lo quería, pero ¿este era el precio? ¿Por esta situación?