No eres la numero 16.

Capitulo 42

 

— Ana espera pasa algo?

— No Christian todo bien..

— ¿Entonces por que me dejaste así?

Ella suspira me acaricia el pecho, amo cuando hace eso.

— De verdad no es nada, disfrutemos este día además miremos a Teddy que está loco por querer tirarse a la pileta.

No había visto visto esa es pequeña especial para niños pequeños.

— ¿Ana no piensas quitarle su pañal?

— Nooo.. paa!.

Teddy grita, ya veo a mi pequeño no le gusta mostrarse me gusta eso.

— Christian son impermeables de estos son pañales para agua, está diseñado para eso.

— Entiendo.

Digo haciéndole cosquillas en los brazos a nuestro hijo, me alejo para hablar con el capitán sobre unos cambios y veo como Teddy me llama con sus manitas, saco mi iphone y le tomo fotos para enviárselos a Mia que quiere saber cada paso de él.

Mañana viaja a Alemania a un curso nuevo que se inscribió por tres meses, la voy a extrañar pero creo que Ted mas.

— ¡Paapi!

Escucho la voz de mi hijo más enojado llamándome, no le gusta esperar es igualito a mi, con su voz dulce de bebé las únicas palabras claramente que puede pronunciar son papi y mami, todo lo demás que dice tenemos que adivinar.

Me quito la remera y entro con él al agua.

— No.. agua sucia en la boca no.

Ana le habla ya que quiere meter todo en la boca y del agua ni hablar, empieza a jugar con sus juguetes haciendo voces que solo él se entiende, miro a mi Ana y ríe con él me acerco a ella haciéndola sentarse en mi regazo.

— ¿Christian que haces?

— Mimarte,  ¿está mal que quiera tocar a mi esposa?

— No está mal pero Ted está aquí.

— él no se da cuenta míralo está muy distraído, solo quiero darte un beso Ana.

Me da un suave beso pero yo quiero uno más profundo, estiro sus labios lamiéndola ella gime abriéndose más a mí es tierno y apasionado necesito saber que estamos bien.

Teddy viene y nos interrumpe se sube en los brazos de su madre poniendo su cabeza en el hombro de Ana, mi pequeño está cansado el agua lo agotó.

— Llevaré a Teddy a acostarse.

Me da un beso antes de irse.

— Está bien, creo que ya es hora de volver.

No quiero que se nos haga muy tarde para regresar ya mañana es día laboral y tenemos mucho que hacer sobre todo Ana.

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De regreso a casa la veo muy metida en sus pensamientos yo beso la frente de mi hijo que duerme en mis brazos.