No eres la numero 16.

Capitulo 10

Capítulo 10

Después de hacerlo toda la noche casi sin parar despierto enredado mis piernas con la de ella abrazados mi mano en su vientre donde está mi hijo aun no se nota mucho pero si un bultito pequeño está formándose.

¿ Ya lo estoy queriendo más?

— Buenos días hermosa tengo algo para ti.

Le paso una cajita una pulsera de diamante y oro, no soy bueno en regalos pero le encantó.

— Gracias.

Dándome un beso y mordiéndome el labio.

— Auuu..dolió.

—¿ Si?

— Ahora me toca….

Subo sobre ella como estamos desnudos y yo estoy listo entro dentro de su cremosa parte intima entrando y saliendo hasta gritar su nombre los dos llegamos juntos si somos muy compatibles nuestra relación es la mejor.

Nos quedamos en la cama un rato más..

estos meses son los mejores de mi vida que he pasado con ella, ya no quiero que se vaya de mi lado y verla dormir es lo más hermoso..

Después de nuestra ronda mañanera de sexo salimos de la cama Gail ya prepara el desayuno se sorprende de que Ana durmió conmigo que se vayan acostumbrando quiero traerla más seguido aquí.

— Buenos días señorita Steele.

— Buenos días, Gail llámame Ana.

El desayuno es agradable me da risa que anda con antojos y a mi también algunas veces me da es raro..

— Ana deja de morderte de nuevo el labio que no dejaré de que te vayas de aquí y te encierro en mi cuarto.

— Tentador Grey pero tengo que ir con mi padre.

—¿ Te llevo?

— No hace falta José me llevará.

— Confías en el?

— Si, ¿por que lo preguntas?

— Sabe de nosotros.

— Sí, el sabe todo sabe que eres el padre de mi hijo.

Tomados de la mano la acompaño hasta afuera ya cada vez me estoy acostumbrando más a ella y ya no extraño mi vida anterior desde que estoy con Ana.

Mia y Ana se hicieron también muy amigas que irán de compras.

La fiesta

 

Llego a la fiesta mucha gente importante con dinero, políticos y algunos famosos actores pero no me importan ellos solo Ana..

Ahí está ella..muy hermosa.

— Ese vestido mmm lo apruebo ya hasta quiero quitártelo.

Le digo en voz baja besando su mano.

— ¿Me veo gorda?