Capitulo 59

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DOS SEMANAS DESPUÉS

Dos semanas maravillosas al lado de mi esposa e hijos, Phoebe está mucho mejor contratamos a otra enfermera para que ayude a Ana, ya mi hija está muy fuerte ya pronto solo quedará a nuestro cuidado, pero pensándolo bien tal vez necesitemos una niñera Teddy está cada día mas travieso, busco mis llaves para ir al GEH pero no encuentro por ningún lado.

Voy a la habitación y ahí  veo a la mujer más hermosa del mundo cambiándose de ropa está desnuda de la cintura para arriba ya mi amigo despertó.

Me acerco a ella dándole besos en el hombro y mis manos en sus pechos..

— Ana.. te extraño tanto.- le digo mientras masajeo sus pezones con mis dedos.

— También yo pero tienes que irte se te hace tarde.

Le suelto protestando porque hace mucho que no tenemos relaciones y necesito a mi mujer estoy que exploto de deseos anoche tuve que masturbarme, entiendo y no quiero presionarla ha pasado por muchos traumas y quiero que esté lista para que vuelva a entregarse a mí completamente.

— Regreso como en dos horas amor. – le doy un beso suave y voy en busca de mis llaves.

— Por cierto ¿has visto mis llaves?.

Ella se queda pensando. — Creo que Teddy las tomó.

Oh.. no eso quiere decir que ya está perdido.

Voy hasta la habitación de mi pequeño y lo veo acostado en el piso jugando con su tren favorito.

— Teddy tocaste mis llaves?.

Niega con la cabeza. — No me mientas ¿sabes que le pasa a los niños que mienten?.

Abre la boca y sus ojos bien grandes está sorprendido, no quiero ser duro con él pero está en una etapa en donde si hay que educar a los hijos.

Me señala su mueble voy hasta ahí y lo abro..

— No.. allá

Me señala el fondo del cajón que me fijo y tiene otro compartimiento, me sorprendo mi niño es listo.

Quito la caja y veo que ahí hay varias cosas acumuladas, encuentro todo está mi celular los aretes de Ana, mi rolex, chupetes de Pheobe y zapatos.

Lo miro y sale corriendo y sí efectivamente aquí están mis llaves.

— Theodore.. cuando regreses hablamos.

Él se ríe porque está en brazos de su madre. Les doy un beso y voy al trabajo solo por unas horas.

Llego y doy solo unas instrucciones del nuevo contrato que tengo con unos árabes será un gran negocio, pero lo que más me interesa es la nueva casa que compré para Ana, sé que ahí nos sentiremos mas cómodos.

— Eso es todo ya me voy está en tus manos ya sabrás como convencerlos.

le digo a Ross..

Aviso a Taylor que regresamos a la casa no quiero separarme ni un segundo de Phoebe ya la extraño, empezó a sonreír por primera vez conmigo fue tan hermoso eso.

HORAS DESPUÉS.

— Christian la estas mal acostumbrando en tus brazos después no quiere dormir en su cuna.

— Por mi está bien que solo quiera dormir en mis brazos.

No dejo de mirar a mi bebé.

— Pásamela la llevare a su cuna tu mientras juega con Teddy.

Le paso a Phoebe con cuidado para no despertarla, mientras se lleva a la bebé me miro al espejo sé que parezco un tonto pero quiero seguir viéndome bien para Ana esta noche quiero hacerla mía ya no doy mas la necesito tanto.

Llevo unas horas jugando con Teddy hasta que queda dormido en el piso, no tiene problemas para dormir por lo que veo.

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Preparo el ambiente de nuestra habitación pongo suaves melodías para hacer esto mas romántico, arreglo la cama no queda perfecta pero hago el intento, me desabrocho la camisa los cinco primeros botones que es una de mis favoritas color celeste.

Ana no tarda en venir al mirarme se le dilatan los ojos y se muerde el labio.

— Hola hermosa.- le digo acercándome a ella su olor me vuelve loco inhalo su pelo ella se pone nerviosa.

Le doy besos en la comisura de la boca muerdo su labio inferior.

— Chri.. Christian.- ella susurra mi nombre introduzco mi lengua para saborearla mejor me pego más a ella para que sienta mi erección.

— Iré a ver a Teddy perdón Christian..

Me quedo congelado y confundido ¿Qué fue eso? me dejo? Y excitado?, dios que sucedió aquí?. una de las tantas preguntas que me he generado en estos segundos.

¿Acaso ya no me desea? Yo muero por estar con ella, pero Ana no sé.

Me siento frustrado salgo y voy a mi despacho me sirvo un whisky como es posible que mi mujer no quiera estar conmigo, no lo entiendo ha estado evadiéndome cuando estamos solos.

Me tomo del pelo y sigo con mi vaso de bebida, yo la entiendo pero también la necesito quiero estar seguro que aun me desea como hombre.

Me recuesto por mi silla la cabeza hacia atrás, tengo tensión sexual acumulada desde hace varios meses nada de nada, toco mi pantalón y tengo una semi erección mierda no quiero masturbarme aquí en mi despacho.

Sin abrir los ojos trato de relajarme con una técnica de relajación y respiración que una vez me había enseñado Flynn eso empiezo hacer, estoy tan metido en mis pensamientos que de pronto siento una mano suave tocando mi entrepierna no quiero abrir los ojos pero los abro de golpe cuando mi miembro ya está afuera y veo a esos ojos azules mirándome con picardía.

— Ana..- digo en susurro.

No me dice nada sigue metida en su trabajo que es la de darme placer con sus suaves manos y sí que lo hace muy pero muy bien..

— No te muevas Christian.- susurra

Asiento y me concentro solo en mirarla ella mueve de arriba abajo me baja más el pantalón con sus dedos húmedos por mi, masajea la punta.

— Extrañaba tanto esto. – le digo pero ella sigue concentrada con mi polla no lo suelta estoy por venir pero aguanto mas.

Lo hace más rápido y no doy más suelto todo en sus manos y lo sigue haciendo toma una toalla desechable y me limpia, su mirada triunfante me pone feliz los dos reímos.

— Te espero abajo.- me susurra en los labios dándome un pequeño beso.

Me quiere matar... definitivamente Anastasia me tiene loco!.


No eres la numero 16.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora